1987

Han caído los sueños como cisnes muertos en un violento despertar, el ácido aroma del fin de la niñez nos marea hasta vomitar , somos viajeros en un frío desconcierto mientras las piernas del destino han quedado invalidas y para estás no existe prótesis.

Niños imaginarios me hablan y yo les arranco los ojos para poder ver que hay tras ellos, la montaña me llama pero yo no puedo ir , mi mamá no me da permiso.

Que harán los relojes de sangre para poder seguir marcando las horas con los dedos amputados, artistas de la nada se levantan en el frío amanecer, desvanecidos en la niebla de la duda, que gris son tus besos y a veces asquerosos con tu hedor a nicotina.

Muñecas de cristal ahorcadas por la inocencia me invitan a jugar pero yo no puedo o mi papá me va a pegar.

Caminan las hormigas en reversa por los troncos de los árboles y ellos me comentan que tampoco se sienten vivos, solo son el baño de perros vagabundos que ya dejaron este mundo.

Tomate la leche, que ya se le hizo nata , pero la prefiero a ella que a la pegajosa y latiguda educación escolar , pero yo sé que hay notas nuevas ,notas desconocidas escondidas en el ruido , son como amigos nuevos y que solo quieren jugar, sin preguntar nada , ni nombre, ni nada , solo jugar.

Hoy desperté crucificado de cabeza en la montaña que chorrea sangre a la bajada del acantilado, sabía que no era el único, habíamos muchos más ahí y los gatos bebían nuestras heridas, tenían sed pero querían sanarnos , amo sus lenguas.

Tengo las uñas negras de tanto rasgar la tierra, el pasado es un funeral que aún puedo arreglar yo lo sé, inquietante sensación de volver al útero, sacudiéndome la tierra de todas las sacadas de chucha ,no importa recogeré la bolsa del pan y seguiré caminando sin destino alguno buscando mi luz , pero aunque no lo sepan y no tendrían por qué saberlo , solo eso me hace sonreír.

PD: ya no quiero jugar con ustedes porque hacen trampa, saludos