El proceso creativo desarrollado por Nicanor Parra continuó las premisas del antipoema, estableciendo una capacidad ilimitada para recrearlos con distintos elementos de la realidad. En los Artefactos el decir poético y el texto mismo se reducen a una unidad en la composición: el fragmento. Un fragmento utilizado como un dispositivo verbal que cuando el lector lo descifra, estalla en su conciencia iluminando múltiples zonas de lo real, atrayendo distintos planos de contenido. Estos poemas son formas de lenguaje extraídas del mundo cotidiano, por ejemplo, frases de la jerga estudiantil, giros de habla trivial, lenguaje periodístico y publicitario. En la propuesta de los Artefactos, el oficio del poeta consiste en ser recolector de estas unidades, desvincularlas de su referente original, para crear otro significado. En este sentido, el artefacto parriano acentúa el interes por la palabra hablada, por el residuo oral, de manera similar a la poesía popular chilena. Parra explica este tipo de poemas de la siguiente manera: "A través de una configuración muy breve de palabras uno se pone en contacto con algo que está más allá. Por ejemplo, cuando se anuncia un departamento: a través de la configuración de las palabras uno se puede imaginar ese departamento que necesita urgentemente. En el artefacto no es un departamento propiamente tal lo que se anuncia: es algo que el lector necesita, algo que anda buscando de una manera u otra. Una cosa parecida ocurre cuando se entra de noche a una ciudad moderna. Uno viene de la nada y los avisos luminosos como que lo llenan, como que de alguna manera lo hacen vibrar, lo hacen vivir, y uno va de un aviso a otro y cada aviso es una especie de pinchazo a la médula. Esta noción de pinchazo a la médula es interesante. Se trata de tocar puntos sensibles del lector con la punta de una aguja, de galvanizarlo de manera que el lector mueva un pie, mueva un dedo o gire la cabeza. Interesa mucho no perder de vista la relación de texto a objeto o a mundo que está más allá del texto mismo. El artefacto está apuntando a una realidad que existe con anterioridad al artefacto(...) hay que vender una mercadería, una mercadería que es de otra naturaleza y que al lector le es de gran utilidad para su vida". (Morales T., Leonidas. Conversaciones con Nicanor Parra. 1ª edición. Santiago: Universitaria, 1991, c1990. P. 100-101)
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