Pupilas incapaces de escapar a los ojos que la aprisionan
se deslizan entre barrotes invisibles
siguen el cauce de la acequia serpenteante
entre el camino de gravilla
donde sus pies se hunden dolorosamente
no pueden enfilar hacia el verde que la seduce
la llama el agua
las hojas del ceibo que le hace guiños con sus flores rojas danzando entre la brisa de la tarde
Estira sus brazos
la flor de humo quiere vestirla de rosa y grises este día
Suspiran en su cuello
las rosas perfumadas que cantan tonadas de primavera
El verde la seduce la encanta la embruja
vuelan sortilegios entre el rumor del viento que silba sobre los alerces
y entre sus raíces crece azul el tiempo de amores antiguos
olvidados por el tiempo y el hastío
Baila el silencio sobre el trinar de tórtolas y zorzales
y la indiferencia de las hormigas
afanadas con su carga rumbo al futuro
Un trino desconocido un solo en el paraíso
altera un segundo el orden del universo
las pupilas vuelven a intentar fuga imposible
todo se detiene el tiempo
los trinos y
el aliento
en el verde transmutado en azul
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