Deslumbrante sol de otoño
no enciende los maizales
amarillos marrones bermejos
entrelazados inundan el verde
una silueta en escape
entre tamarugos y saucos
se vislumbra agazapada
Boca desfallecida
aferrada a los labios entreabiertos
una boca palpitante
y aquella lengua que navega
en la ruta del deseo
En los ojos va cantando
destello sin sonido
frenesí palabra bosquejada
la piel transitada noche y día
yemas olvidadas
pasión de otoño en hojas yermas
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