Oscurece mientras sale el sol
un eclipse de los sentidos
luz oscura de una mañana sin hoy
ojos entornados en la belleza de la niebla
Piel húmeda y frágil se triza en el cristal
entre gélidas lágrimas que esculpen los ojos
en la espesa y cruel neblina que oculta
sin piedad los labios del ayer
Entumecidos los dedos en busca del corazón
se agrietan las miradas en el sol oscuro
incapaz de encender un espíritu muerto
entre colores que el prisma pintó sobre el temor
Adiós canta el tiempo detenido bajo el sol
entretejiendo aromas sin sabor
yacente entre los brazos muertos
y un cuerpo vacío de mares y ríos
yermo entre las piedras del desierto
bordadas de color y sinrazón
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