Versos tristes para esta noche
las pupilas no se miran
tampoco los cabellos ni los labios
encadenados al silencio
Versos tristes que recuerdan mil palabras
miradas de ternura y complicidades en una sonrisa
versos silenciosos que se pierden en la nada
de un anhelo enmudecido
se ha prohibido la palabra
Versos que se pierden en la noche
entre el miedo y la nostalgia
que estremecen los cristales
se arrodillan en la acera destrozada
y lloran en una esquina que ha perdido el nombre
Versos brazos extendidos vano intento
abrazo perdido en el infinito sin sustancia
sin un cuerpo al que estrechar por una noche
una hora
un día
la eternidad sin pasado ni futuro
Versos tristes dibujados en los ojos de la ausencia
de lo inentendible del silencio y de la culpa
esa culpa sin nombre que rompe barreras un misterio
para perderse en una pregunta sin respuesta
que mata la vida y la sonrisa
En la noche pregunto a las estrellas
el por qué tanto dolor e indiferencia
sin duda son resabios de otra vida
de aquella que fue suya nunca mía
en su carne y en su mente
vive el látigo del amo que se impone
y revive entre las copas y la rabia
Un mundo tan ajeno a la ira de mis ojos
rebeldía entre algodones y fortuna
las carencias de mi cuerpo bien vestido
no son la ausencia del comer ni la lectura
son dolores de piel desguarnecida
sin caricias por las noches ni los días
Es posible que este dolor sea certeza
que las carencias no son de modo alguno comparables
solo se unen en el dolor de las ausencias
y el abrazo que cruzó acantilados precipicios
para navegar un sueño de instantes
de dos vidas tan distintas y cercanas que cruzaron sus pupilas
sin distancias sin culpas ni caretas
entre el desorden de las sábanas
y el compás de tu corazón y el mío
a la sombra de un jilguero
