Me gustan los amores malditos
aquellos donde estalla la adrenalina
donde el estómago parece palpitar
cada día en un segundo
mientras especulas qué pasa dónde está
el objeto apetecido el hambre sin saciar
Estará solo
quizás no
se esconderá de tus brazos
quizás no
estará ansioso deseará tus labios
su piel y tu aroma
quizás no
Hay gentes que persiguen el riesgo excitan la piel
imaginan el vértigo de alturas y simas
hay otros que se sumergen en la ansiedad
aguardan el tacto un leve contacto
la piel entusiasmada sobre el cuerpo asombrado
el asombro estremecido por el susurro de las yemas
del sutil sobrevolar sobre los poros y la vida
La sensación de unos dedos que no abrazan
se deslizan sobre la piel enervando los sentidos
apenas rozan poros y encienden cada esquina
para subir entre el éxtasis a la cima
pellizcar el paraíso y descender el abismo
en tan solo un instante
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