Sentada a la luna
escuchando a Vangelis
suspendida en un sueño
en hamaca vacía
perfumada de rosas
caricia desnuda
sobre una estrella
Sombras elocuentes
conversan la noche
abrazan fantasmas
interrogan sus huesos
sin respuestas claras
Camino hacia lo oscuro
en mi piel una grieta vibra
lo que soy ya no seré
otros pensarán en mí
Una pena navegante de los cielos
viene de no sé dónde a posarse en la ventana
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