Juan Pablo es un ingeniero en informática uno de los mejores en su empresa de más o menos 53 años, es un hombre solitario pero de buen carácter. Le tocó hacer cuarentena en su comuna, y por su carácter propio de hipercinético el encierro no le venía bien a su vida. Así que siempre buscaba una excusa para salir de su maldito encierro, siempre obviamente con su mascarilla que tenía estampada una gran sonrisa. Hasta ese momento nunca lo pararon para fiscalizarlo y muy confiado ese día salió de su casa sin salvoconducto y se dirigió por la Gran Avenida a comprar sus cigarrillos favoritos. Con tal mala suerte que los militares lo pararon pidiéndole el salvoconducto. Él se sacó la billetera y le dijo al joven militar con cara de víctima- joven yo vivo sólo y mis hijas llevan años tratándome de enseñar a usar el celular, como usted entenderá, menos sé usar el computador- dijo con voz quebrada y con ojos como lo pone el gato con bota. al militar le entró una inmensa pena y le dijo- caballero hágale empeño en aprender a sacar salvoconducto, porque no siempre lo van a perdonar como ahora. Juan Pablo no necesitaba mostrar su sonrisa ya que su máscara la llevaba estampada y le dijo –gracias, le haré empeño-
Comments