Nunca le tuvimos mucho cariño a la agüela (así le decíamos) materna, era una señora de mal humor y mandona. Un día con mi primo decidimos plantar en su jardín Cannabis para nuestro consumo. Estábamos enterrando las matitas ya crecida cuando ella apareció en el jardín y siempre mal humorada no preguntó qué estábamos haciendo- y mi primo en una forma muy ingeniosa le respondió- Aguela estamos plantando Té de la India- ella se nos quedó mirando sorprendida y dijo-Y es de buena calidad el tecito?- si aguelita y agregamos, usted las podría regar ya que tenemos que ir todos los día a la Caleta?- y ella respondió entusiasmada- claro mis niños yo se las cuidos-. Y así pasaron los meses y las matitas de Cannabis iban creciendo bonitas y con muy lindos cogollitos. Un día en la cena mi primo hizo el comentario que ya estaba listo el té de la india para cosecharlo. Al día siguiente fuimos directo al jardín y vimos con horror que habían arrancado todas las matas, Llamamos desesperado a la aguela y ella con cara de sorpresa y horror dijo- se la han robado- nos fuimos a trabajar muy amargado. Cuando la aguela partió de este mundo, meses después una amiga de ella nos contó que la aguela la había robado y que se la iba a fumar junto con ella al baño de pozo que teníamos al fondo del patio, por eso que habían días que ella se veía muy feliz.
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