De Facebook
- Florentino Carreño
- 22 sept 2021
- 1 Min. de lectura
Ya no tiene cabezas inclinadas y ya son pocas las manos que alzan el cáliz al interior del silencio
Y once letras quemando al fondo del Cristo mío hecha astillas la copa rota amaneciendo estio
Y los ciegos no veían que el vaso estaba a medio llenar pues apuraba la sed
Y todo pasaba en el altar o en la espalda colonial el primero con la sangre y el último con el vino
Entonces los beodos lucían labios de vides y Baco sonreía al ver mirlos ebrios de Bukowski
Era distinto en el bar inglés o en La Bomba (sin detonar) bajo la barra/ la damajuana y los cráneos sobre la mesa
En un día cualquiera de puerto de estibadores y lingadas a los ojos ciertos del tiempo que de mi padre yo recuerdo
TINO@08/2019

Comments