OCHOCIENTOS NOVENTA Y CINCO
Urgencia despierto al alba
a tientas voy y regreso
sonámbulo ensombrecido
vuelvo a mi cama y me duermo
como una piedra incrustada
en el olvido profundo
hasta ese ruido lejano
Dormido como ese tronco
desollado abandonado
por la riada en la tormenta
y al despertarme de nuevo
corro angustia por mi atraso
al encuentro del camino
del que no puedo faltar
No sé qué pasa conmigo
la escala de mi memoria
tiene roto algún peldaño
rezongo en la ducha fría
y ya estoy para marcharme
sin haber desayunado
al encuentro del camino
No sé qué pasa conmigo
después de la ducha fría
al ver mi agenda me río
no sé por qué tanta prisa
si el encuentro es a la tarde
tengo tiempo todavía
para respirar mi sueño
No sé qué pasa conmigo
de las nueve hasta las cuatro
muchas horas por delante
quiero volver a la cama
y si me quedo dormido
sería el peor fracaso
prefiero llegar temprano
Corazón alborotado
soñoliento trepo el bus
sin haber desayunado
llegaré tres horas antes
imagino sin atascos
hasta que leo de nuevo
mi encuentro será mañana
