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Aliento de rocío me cubres cuando vienes de otro mundo a visitar las rosas pero te entristeces en el parque donde el desierto ha traído estatuas y basureros

Sabes que el sol se avecina pero es el hombre inevitable que lo ha quemado todo matando la naturaleza y la sombra que recordábamos húmeda en la ciudad

Riamos juntos aliento de rocío aún quedan almas que sueñan y una hormiga que levanta sus manos arriesgando su vida desde un sucio basurero sobre una estatua de cemento y cal

Aliento de rocío lo llenas todo desde el universo infinito hasta el más allá quiero llegar a las nubes cuando subo por tu piel porque salto y entrego mi vida en medio de la ciudad

Aliento de roció te siento y te respiro te sueño y también te espero ¡Soy esa hormiga que el hombre inevitable detesta y no ha podido quemar!



 
 
 

He ahí la jaula vacía levantada al borde de toda la materia

Jaula de pájaros colgada de un madero socavado por el viento

La Jaula está vacía y también está herida Pero… ¿Por qué?

Los pájaros se han ido a volar y nadie sabe el por qué Ni el porqué de la materia

¿Será que somos jaulas vacías esperando lo inevitable? ¿Volando torpemente en un mar de conciencias? ¿Será que no importa la piedra el aire las ramas en el frío?

¿Por qué de las cosas que suceden y de las que sabemos han sucedido? ¿Cuándo todo tiene un sentido?

Somos un breve silencio en medio de lo increíble Frente al universo entero que comparte las preguntas ¡Solo hay respuestas invisibles!

¿Por qué de todo? ¿Por qué la poesía?

¿Acaso sólo lo imagino y distorsiono ecos terrestres en el pavor absurdo de la ironía? ¿Por qué mi vida?

¿Será que somos pájaros volando o sólo esas jaulas vacías? No lo sé… Pero cuando regreso al madero mi vida no parece tan vacía



 
 
 

¡El Morgan! Gritó enérgico un niño que se lanzaba de un salto hasta sumergirse insaciable en el quieto puerto de Coquimbo

Otros cuantos niños saltaron con él…


El atavío pirata se aproximaba rápidamente Arrastrando gaviotas detenidas desde un mar indefenso que olvidaba su calma

¡El Morgan! Repitieron aquellos niños que se sumaron al tumulto engrandecido

Había llegado el barco de velas blancas y no todos podían abordar

¡Antes de ser pirata había que saltar!




 
 
 
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