Quítame el aliento si es necesario y también si se vuelve suficiente
Quítame las manos, el amanecer del silencio El calor que desnuda mi piel casi por completo
Quítame la distancia en el presente que conoces Quítame los sueños y esas distracciones que me alejan de ti…
Mi alma es una guitarra rota donde pájaros y músicos le cantan al amor Con acordes celestes y estrofas húmedas de un lápiz evaporado
Quítame el verso si es necesario y también la música Porque solo a ti te quiero oír
¡Fui yo, amargamente! El que rompió la guitarra olvidándolo todo Mientras el lápiz se apagaba tú no parabas de escribir…