El tiempo llega con sus relojes eternos a girar las horas sedientas para aquella lluvia empapada que necesita del viento y también del amor
Lluvia de llanto insistente de vino de piel perfumada de besos profundos cuando se extiende en el aire sin razón
El tiempo se queda con un suspiro de uva arrastrado desde el campo sin querer
Palpitaron los segundos en las vigilias de noche donde el viento alzó su copa alto la lluvia sin decirlo brindó
El tiempo fue sereno de horas atrasadas porque también se embriagó pero el viento a la lluvia amada desde un cielo humedecido se entregó
Se amaron toda la noche pero nadie supo que el tiempo se marchó…