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LA CARCEL DEL LIBRO

La poesía debería ser el silencio,

una mirada

Y no decir nada para volver a ser…

Para viajar junto a los pájaros

como una vez lo hizo, reír en la lluvia nuevamente sonreírle al anciano al avanzar

La poesía debería ser ese anciano

lleno de paz

que se enfrenta al tiempo,

al otoño

a la primavera

ser eso que nunca acordó dejar de ser

el viento y los niños

el saludo cortes

la ironía que conquista, no la que mata por placer

La poesía dejó de ser algo

para ser incluso lo que no imagino, el olvido

la condena

el desprecio y la venganza

¡La carga que el verso acusa

se nos esconde en la piel

como si fueran hojas de papel! Pues creo haberme golpeado la cabeza

con un libro y una pared,

fue que construimos una cárcel

para poner ahí la poesía

sabiendo muy bien

que olvidaríamos leer




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