Los objetos brillantes y coloridos siempre han sido objeto de interés para la humanidad; ya sea por su rareza, o por contener aparentes secretos y misterios en su interior.
Pero no quiero hablar de las joyas que podemos ver en una lujosa tienda, sino de las que nos entrega la naturaleza; el viaje que propongo es para conocer creaciones naturales, que desafían las más complejas construcciones que la mano humana puede hacer.
Hoy les quiero presentar esta increíble pieza: no se trata de una complicada escultura en 3D, sino una formación natural.
Wulfenita
La Wulfenita fue descubierta cerca de 1845, y aunque se trata de un mineral secundario que no tiene grandes usos, es muy considerado por aficionados y coleccionistas; y la razón está a la vista. Este mineral cristaliza de distintas formas, principalmente en hojas muy delgadas que, dependiendo de la pureza natural, pueden llegar a ser traslúcidas. La mayoría son de un encendido color anaranjado, aunque puede llegar a encontrarse en tonalidades más amarillas, rojas y hasta verdosas.
Como pueden ver, los cristales tienden a estar unidos, por lo que podemos disfrutar de una exquisita escultura cristalina natural, en donde no intervino mano humana excepto para tomarla del suelo.
Si viajan a Austria, el norte de México o Eslovaquia, no sería difícil encontrar personas que vendieran estos cristales en negocios del ramo; se trata de un objeto que decora un escritorio o salón y que reflecta la luz con un brillo sedoso. Solo hay que tratarla con cuidado, ya que los cristales son delgados y suelen ser delicados. Sin embargo, al disponerlos sobre una base apropiada o en un exhibidor acrílico, va a lucir perfecto.
Pero este mineral no solo puede verse de este modo. Sucede que hay muchos minerales que pueden aparecer naturalmente combinados con otros, y esto hace que se vean muy distintos. En esta imagen ven Wulfenita mezclada con calcita.
El resultado son estos increíbles cristales, que a primera vista se podrían confundir fácilmente con hojuelas de maíz espolvoreadas con azúcar; igual que el ejemplo anterior, aquí vemos una formación natural, sin intervención humana.
Espero que les haya gustado este paseo por un mineral muy especial; nos encontramos el próximo mes para conocer otra joya natural de la tierra.
Emilio López B. Escritor, contador de historias, coleccionista.
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