Era una tarde lluviosa, como si el clima fuera tu cómplice, yo una mujer ya pasado los 40 años, flaca como una perra callejera, con el cabello ya canoso y los senos caídos, como fui a creer que un hombre joven como tú se enamoraría de mí, un hombre de 29 años terminando una carrera de derecho con ojos verdes y hermosa sonrisa.
Al recorrer la casa, recuerdo la noche en que nos conocimos, era un slam poético…
“Era la fuerza inmutable de la naturaleza
la que me unía a tu cuerpo
en un eclipse que destruía
de a poco a la humanidad”
Recuerdo ese poema que recitabas excitado frente al micrófono, después de eso bajaste del escenario y todo sudado por las luces se te acercaron muchos a felicitarte yo me quede en un rincón esperando mi turno, fue cuando el Alexis Gutiérrez te trajo a la mesa para presentarte, él siempre se rodea de poetas y artistas, se me erizo la piel cuando me saludaste, fue ese el principio de una historia sexual, porque nunca fue de amor, y sólo hasta ahora lo entiendo. Eran esos arranques de furia descontrolada los que me hacían explotar sobre el sillón o la cama, era un castigo demasiado placentero para dejarlo, pero nunca quise creer que era sólo eso, me encerré en mis propias ilusiones, fabrique un príncipe de cuentos, me olvide del monstruo infiel que eras, mire hacia otro lado cuando eyaculabas en otras flores, como si eso sirviera de mucho ahora.
Cuando llegaste esta tarde a buscar tu ropa y me miraste con los ojos sin alma, me di cuenta que eras un farsante, que toda esta parodia era un montaje, mientras salías de las deudas y te graduabas, todos los abogados están malditos desde que escogen la carrera, pero pocos terminaran como tú, no te preocupes sigues siendo único, especialmente tú. Recuerdo esas noches:
-Hola mi amor
- Hola grandiosa belleza, necesito sacarte la ropa.
- ¿Quieres vino primero?
- No necesito estar borracho para lamer tus pechos, me encanta cuando te haces la difícil.
La noche cae se ilumina mi rostro y aparece la lunática que se esconde en la poeta, mientras mis lágrimas van lavando tu cuerpo desmembrado, pico la cebolla fina, como te gustaba a ti, mañana saldré temprano a vender las empanadas, aun no sé muy bien que voy a hacer con tu cabeza, pero tengo claro que ya está financiado el próximo asado en el slam, sólo faltan las ensaladas y las papas cocidas, lo mejor es que servirás al fin de algo, para la causa, ahora ya tendremos pagada la antología de final de año, no te preocupes, te colocare en las primeras páginas.
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