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Foto del escritorNedazka

Flores malditas


Él era un apostador compulsivo, si no estaba en las carreras estaba en las máquinas tragamonedas, vendía flores en el taco del semáforo del 25, pero además de las apuestas, le encantaban los marcianos, esos cigarros de marihuana y pasta, se los comía como un niño a los chocolates, era cómico cuando se le empezaba a acabar el pito y le conversaba rogándole que no se terminara, se le conocía como el Chureja, nadie se explicaba como lo hacía, se amanecía fumando y tomando con los colas de Vespucio, y al otro día aparecía escondiéndose el sol, cargado con flores envueltas en papel celofán, como si no hubiera gastado ni un peso, muchos decían que el Careca le guardaba plata para comprar, otros decían que el Hueon a pesar de ser tan vicioso dejaba plata para invertir, nadie sabía muy bien como lo hacía, pero el Chureja tenía sus trucos.

-Una hermosa pareja me compro las ultimas flores- Comentaba el chureja mientras el auto se marchaba, lo más probable a algunos de los numerosos moteles cercanos. Sin embargo cada vez que se vendía un ramo de flores se llevaba una maldición.

La pareja se alojó en Lavien Rose, ella era una joven estudiante de segundo año de medicina de la Universidad de Chile, el, maestro de la carrera, casado con la esposa embarazada, nada bueno resulta de las infidelidades con una joven emocionalmente inestable.

Al otro día en la columna principal de la cuarta: “ASESINATO PASIONAL Joven estudiante de medicina mata a profesor por patas negras y mentiroso”

El joven Chureja mientras, recolectaba las flores de los muertos del cementerio metropolitano para comenzar una nueva jornada de trabajo.



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