Cada 8 de agosto se celebra el día internacional del gato, tienen una flexibilidad y agilidad impresionante, pueden saltar desde más de 3 metros de altura, pueden rotar sus orejas 180 grados, pueden pasar hasta 14 horas dormidos y debido a su naturaleza nocturna, los gatos suelen ser mucho más hiperactivos en la tarde.
Atravez de la historia el gato ha jugado un rol en la vida de la humanidad, desde mediados de los años 7.000 a.C., se convirtió en un animal de compañía apreciado por su dulzura, su gracia y su indolencia, pero el gato es sobre todo un animal protector. Al cazar pequeños roedores, protege los silos donde los egipcios guardaban su cosecha (sobre todo el trigo), recurso vital para este pueblo de agricultores. Al cazar ratas, el gato elimina un vector de enfermedades graves (como la peste). Además, al cazar serpientes (sobre todo víboras cornudas), hacía más seguros los alrededores de los hogares próximos a donde establece su territorio.
Según la leyenda, los egipcios rechazaban las peticiones apremiantes de los griegos para comerciar con los gatos, a los que veneraban como a dioses. Los griegos decidieron entonces robar los gatos. Cogieron al menos seis parejas y las llevaron a Grecia. Algunos meses después nacieron las primeras camadas, y algunos años después, los criadores pudieron vender gatos a los romanos, a los galos y a los celtas. La especie se extendió poco a poco por todos los países mediterráneos. En Grecia, antes de la llegada del gato, la garduña, la mangosta y el hurón se ocupaban de desratizar y proteger las cosechas, por lo que la acogida del gato fue más bien moderada. Aunque no los adoraban como los egipcios, los griegos adoptaron al animal, reconociendo su don como cazador, pero reconociendo también que era más agradable para la convivencia, ya que era más bonito, refinado, dócil y limpio que las mangostas y los hurones. El gato se usaba a veces como animal de compañía, aunque los griegos preferían al perro. El gato era en principio un juguete, un regalo caro traído de Egipto para ofrecerlo a las cortesanas.
Asia emprende muy buenas relaciones comerciales con Europa desde la época helenística. El gato se intercambia con finas sedas y de esta forma llega a China. Los primeros rastros del gato que se encuentran en China datan de la dinastía Han, que va desde el siglo II a.C. al II d.C.
El animal fue acogido calurosamente, en China, por su belleza y su don cazando ratones. Se convierte en símbolo de paz, de fortuna y de serenidad de la familia. En esta época, el gato es un animal doméstico reservado a las mujeres, se cree que atrae la buena suerte y el poder de alejar a los demonios con la ayuda de sus ojos brillantes. La divinidad agreste Li-Show tenía la apariencia de un gato.
Los gatos llegaron a Japón en el siglo VI al mismo tiempo que la doctrina budista, pero su introducción real data del 19 septiembre de 999, fecha del aniversario del emperador Ichijō, al que le regalaron un gato por sus trece años. La imagen del gato evolucionó mucho en Japón, donde será considerado a veces portador de buena suerte por su pelaje de concha de tortuga, y otras veces maléfico por su cola ahorquillada. El éxito del gato es tan importante en el país que una ley del siglo XVIII prohibió el encarcelamiento y el comercio del animal. Algunas historias cuentan que los japoneses mimaban tanto a sus gatos que estos dejaron de cazar ratones, que llegaron a proliferar hasta tal punto que los japoneses tuvieron que pintar gatos en las paredes de sus casas para alejar a los roedores.
El gato está bien representado en el arte japonés, primero bajo los trazos de una concha de tortuga blanca, y después cada vez más como gatos blancos sin cola: el bobtail japonés. Hubo grandes pintores ilustres en la representación de gatos, como Utagawa Hiroshige o Utagawa Kuniyoshi. Utamaro relaciona siempre a los gatos con las mujeres hermosas, relación que se encuentra en poemas japoneses, donde el gato está estrechamente asociado a las gracias de la mujer. Símbolo de la sensualidad y del deseo, el gato representa igualmente el encanto decadente.
Sin embargo, hay también una versión sombría e inquietante del gato, resultante de la tradición popular. Por ejemplo el Aïnous, el gato resucitado, el gato nacido de las cenizas de un monstruo, y el de Okabe, de dos colas. Pierre Loti evoca igualmente en sus Japoneries d'automne un corro de gatos que se reunían en una jardín aislado en las noches de invierno, bajo la luz de la luna.
El exterminio de gatos en el siglo XIII pudo causar la expansión de la peste en Europa, algunos dicen que la persecución de gatos en los siglos XIII y XIV es un mito, pero en cada mito hay algo de verdad.
En de junio de 1233, el papa Gregorio IX lanzo un decreto papal o bulo llamado: Vox in Rama. El bulo fue emitido por el papa en respuesta a reportes sobre episodios de blasfemia que se celebraban en Alemania. El responsable de hacer llegar aquellas noticias alarmantes al Papa fue Konrad von Marburg, el gran inquisidor del imperio germánico.
Se enviaron copias del Bulo Papal y cartas al emperador Federico II, el rey Enrique (VII) de Alemania, el arzobispo Siegfried III de Maguncia, el obispo Conrad II de Hildesheim y al mismo predicador Konrad von Marburg. En dichas cartas el papa suplica que colaboren con Konrad en su lucha por erradicar los cultos satánicos y a los herejes.
En “Vox in Rama”, el pontífice describe con detalles los rituales paganos que se celebran ante el mismo demonio, venerado como una figura oscura mitad gato y mitad hombre. En dichos rituales, siguiendo los reportes de Konrad, se describen orgias, contactos homosexuales, adoración a la estatua de un gato que cobraría la vida.
Aquel bulo pasaría a la historia, por un factor involuntario. Gregorio IX nunca condena a los gatos en su decreto, solo detalla aquellos ritos, que tenían al gato como un elemento del ritual. Sin embargo, su efecto a largo plazo fue demoledor para la vida felina en la Europa del siglo 13 y 14. La visión del gato en la sociedad europea en general se transformó, y fue asociada con el demonio. Hasta hoy las brujas siempre son asociadas con gatos negros en la cultura popular, o son considerados como portadores de la mala suerte, si te cruzas con ellos.
La persecución de gatos se sucedió a lo largo de toda la Europa del siglo 13, muchos pueblos y ciudades quedaron despobladas de felinos. Y entonces sobrevino un daño colateral que puede hacer comprender porque la peste, que había tardado años en extenderse por Asia, solo tardo unos meses para contagiar a casi toda la población europea. Muchos estudiosos consideran que aquel factor, el exterminio de gatos, fue lo que abono en la proliferación de ratas, sobre todo las negras, que al mismo tiempo que se multiplicaban, sin enemigos naturales, fueron diseminando las pulgas infectadas con la bacteria Yersinia pestis.
Esta bacteria está comúnmente presente en poblaciones de pulgas transportadas por roedores. Se extendió por el Mediterráneo desde Asia Central transportadas seguramente, ratas y pulgas, en los buques mercantes que traían especies de Asia.
Los gatos, así como todos los otros animales domésticos, pueden ser reservorios de parásitos, hongos, bacterias y virus, los cuales pueden transmitirse hacia las personas, principalmente cuando entran en contacto con sus heces, saliva, orina o pelo, pudiendo causar el desarrollo de enfermedades, principalmente en aquellos que poseen el sistema inmunológico comprometido.
NEDAZKA PIKA
Comments