Es la misma luna de cualquiera otra noche, solo que se cambió de ropa y hoy luce su traje rojo, de prostituta de burdel barato, es que hoy es su eclipse, su momento, su orgasmo , comentaba mi madre mirando por la ventana, con cierta cara de nostalgia, recordando los días de calles humeantes a tabaco barato y líneas de cocaína, su tiempo de patinadora, su momento de libertad en el que se le olvidaron sus hijos y terminamos todos dispersos en distintos hogares del sename, ella mujer ahora de cabellera dorada, recuerda sus tiempos de bailarina del Fabiano Rossy y de sus comilonas en la casa de cena, donde se embriagaba en whisky y terminaba en cualquier motel cercano, en brazos de cualquier caballero que pagara su precio, ahora indefensa con los senos caídos y los pulmones destruidos por la pasta base, que la dejo seca de cuerpo y alma, ahora compartimos su casa, las cuatro paredes de ladrillo que quedan, yo veo a mi hermano traficando a diario y ella se cree la dueña del fundo, está en vez de casa es un verdadero basurero, mi madre sigue viviendo un tiempo perdido, no aterriza de su volada, de día en marihuana y de noche comienza en coca y termina siempre recogiendo cenizas del suelo, para según ella el ultimo pipazo…
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