EAT FRUTA

En mi búsqueda por descubrir las antiguas mitologías de la ciudad, sin ninguna duda las paredes son las que proporcionan la mayor cantidad de información.

Todos esos muros llenos de símbolos y trazos con idiomas inentendibles para la mayoría de las personas. Intentan decirnos algo, intentan mostrarnos una realidad.

Hace algún tiempo ya había investigado la leyenda del hígado reptante y sus misteriosos mensajes repartidos por toda la ciudad.

Hoy me encontré con algo de similares características. Una frase en una pared que me hizo sentir escalofríos en mi cuerpo.

“Eat Fruta”

Al leer estas palabras inmediatamente comencé a sentirme angustiado, agobiado, como si me observaran, como si me escucharan.

“Eat Fruta”

Era el críptico mensaje que estaba plasmado en uno de los muros de una de las casas de uno de los parques de una de las comunas que yo recorría habitualmente.

“Eat Fruta”

“¿Acaso es un mensaje para mí?” – pensaba.

He recorrido muchas veces este barrio y jamás había visto tales palabras en ningún otro lugar. Era algo reciente e insólito.

Las pocas personas que estaban alrededor no parecían darle importancia a este mensaje.

“¿Es algún tipo de mensaje que debo descifrar? – seguía pensando.

No consigo encontrar relación, siempre me preocupo de tener una alimentación saludable, y las frutas (como todos bien saben) son las base de la pirámide alimenticia.

También de vez en cuando practico mi inglés.

No logro dar con la respuesta.

Pasé horas pensando a la vez que miraba detenidamente la pared.

“Eat Fruta”

No hay nada, no logro dar con ninguna solución.

Finalmente desisto de mi idea de encontrar algún símbolo que me dé una pista. Quizá no sifnigica nada, al final solo es un único mensaje en una única pared.

Voy rumbo a mi hogar aunque todavía mantengo esa sensación de intranquilidad, algo no anda bien.

Cuando solo me faltan escasos metros para llegar a mi casa miro a una de las paredes y veo algo horrible.

“Eat Fruta”

El mismo mensaje escrito en una pared cercana a mi casa.

Estoy seguro que eso no estaba escrito ayer.

Corro, entro a mi casa, cierro puertas y ventanas con llave, desconecto el teléfono.

No hay duda alguna, el mensaje “Eat Fruta” es para mí, quieren hacerme daño. Temo por mi vida.

Termino de escribir estas palabras bajo las sabanas de mi cama, sudando de frio y temblando de miedo, esperando que alguien o algo aparezca.

“Eat Fruta”

Hay cosas en las que es mejor no meterse.

“Eat Fruta” es uno de los misterios que quedará como eso, un gran misterio.

“Eat Fruta”