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NAVIDAD EN TIEMPOS DE CÓLERA / Dic. 2019

  • Foto del escritor: Subjetivo
    Subjetivo
  • 31 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

(It's Christmas Time Again)


Pocos recuerdan que una de las noches más entrañables del año, en algún momento fue de las más peligrosas y terroríficas. En esas épocas donde la mortalidad era sumamente frágil y horrorosos seres del más allá venían a asustar a los pequeños niños.

Pero esos tiempos han quedado atrás. Los demonios fueron cambiados por duendes y regalos y apareció un nuevo líder (en parte gracias a coca-cola) repartidor de alegría y buenos deseos que ahora conocemos con el apellido de Claus.

Todo esto es simple teoría e historia, tengo que comprobar con mis propios ojos el estado actual del espíritu navideño.

Tal vez mas de alguno se pregunte por qué es tan importante hablar sobre esto, sabiendo que actualmente hay muchísimos temas que están en boca de todos. Hay 2 respuestas para eso

1- Me visitaron los fantasmas de las navidades pasada, presente y futuro y me incitaron a hablar del tema

2- Tengo que escribir algo para la revista y no se me ocurre otra cosa

Dicho esto, me he dispuesto a salir de mi hibernación y recorrer las calles para dejar un registro de cómo se respira la navidad en estos tiempos.

Comienza la travesía.

Recuerdo que cuando era niño lo que más me llamaba la atención en navidad (aparte de los regalos) eran los duendes. Fueron muchos años en los que me desvelaba intentando ver alguno, nunca tuve suerte pero era porque no tenía claras las costumbres y comportamiento de estos míticos seres. Para aquel que tampoco las conozca las escribo a continuación:

-los duendes son seres pequeños de no más de 50 cm con atuendos verdes

-prefieren los lugares estrechos, con poca iluminación y silenciosos

-son mucho más activos por la noche

-son dóciles pero muy desconfiados

-siempre van en grupos de 4 o 5, jamás están solos


Conociendo está información voy paseándome por la alameda atento a cualquier indicio. Al parecer no soy el único con ganas de encontrar duendes porque cientos de personas también caminan conmigo, aunque se nota que no saben tanto del tema como yo ya que estos hacen mucho ruido con ollas, cucharas y lo que tengan a la mano.

Luego de unos 20 minutos de caminata me detengo a escuchar un ruido. Son ellos, me digo para mí.

Me parece ver correr a unos 4, rápidamente los persigo y al doblar a una esquina me llevo una desagradable y horrorosa sorpresa.


Los duendes han cambiado, han crecido, usan cascos y armaduras verdes, portan armas y los acompaña un gigantesco vehículo lanza agua.

No entiendo que les pasó, se ven furiosos y nerviosos, ante cualquier movimiento disparan sus bombas de humo, su desconfianza se convirtió en hostilidad y además apuntan a los ojos.


Tal vez el cambio climático tiene que ver con esta extraña mutación en los duendes o puede ser fruto de una extraña enfermedad nunca vista antes, una especie de zombificación porque al parecer ya no pueden pensar por si mismos.

Lamentablemente yo no puedo hacer nada para ayudarlos así que continúo en mi travesía navideña.

Pasé largas horas buscando algún árbol navideño con sus típicas luces, pelotas de colores y estrellas pero no pude encontrar ninguno. Ni en el centro, ni el poniente ni en el sur. De hecho apenas si hay árboles en esos lugares.

Fue cuando me di cuenta que todos los árboles navideños (y árboles en general) están en el sector norte de la capital, allí son regados y cuidados. Mi teoría es que la baja en las temperaturas hicieron que los arboles emigraran a sectores mas cálidos y con más presupuesto. El punto negativo es que solo los vecinos del sector pueden admirar la magnificencia de los árboles navideños, cualquier persona ajena será increpada por hombres de nieve con chalecos fluorescentes que te pedirán amablemente que te largues de la comuna y no vuelvas jamás.

Intenté contactar con el señor Claus pero al parecer tiene que cumplir una condena de 50 años y un día por romper un torniquete del metro.

Me empiezo a sentir desmotivado, con mi telescopio busco alguna estrella navideña que entregue luz. Lamentablemente todas las estrellas navideñas fueros llevadas a una empresa de energía estelar para alimentar los faroles de las calles de providencia.

Solo me queda una última cosa y estos son los regalos, al final lo más importante de la navidad son los regalos.

Me llevo la sorpresa de que un hombre sonriente al que llaman presidente anuncia por la televisión que los regalos estarán prohibidos este año para toda la gente sin dinero. La molestia se ha acrecentado y algunos varios han entrado por la fuerza a las bodegas de regalos, se los llevan y luego prenden fuego.

El problema es que estos Robin Hood modernos no quieren compartir con los demás, incluso están dispuestos a matar con tal de tener más.

Regreso a mi cueva con nostalgia y amargura, la navidad ha cambiado como ha cambiado el mundo. Las cosas que creía normales terminaron siendo espantosas y ya no hay diferencia entre el bien y el mal.

Si tengo que dejar una moraleja navideña seria que cuiden su alimentación, miren para ambos lados antes de cruzar la calle y no olviden lavarse bien los dientes

Feliz navidad, supongo.

De cualquier forma nunca me ha gustado la navidad.



 
 
 

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