La obra de Samuel Lillo -sus cantos poéticos de inspiración nacional y su poesía lírica- fue publicada durante la primera mitad del siglo XX con atención constante de la crítica. Publicó, además, estudios literarios con un propósito pedagógico y fue un actor relevante en los círculos literarios de su época, especialmente en el Ateneo de Santiago y la Academia Chilena de la Lengua.
Samuel A. Lillo fue un escritor chileno conocido por parte de la crítica, principalmente, por su producción poética durante las primeras décadas del siglo XX. Según Miguel Ángel Díaz, aunque en la actualidad la figura de este escritor "aparece como desvaída, un tanto anacrónica y, por sobre todas las cosas, como una reliquia que vale conservar para no olvidar del todo nuestro pasado histórico (…), espíritus como el de nuestro poeta merecen destacarse o sacarlos simplemente de ese forzado encierro en que por décadas han permanecido en el más vergonzoso de los silencios" (Díaz, Miguel Ángel. "Vida y obra de Samuel A. Lillo". Occidente. Número 233, 1971, p. 12-13).
Samuel Antonio Lillo Figueroa nació el 13 de febrero de 1870 en Lota. Perteneció a una familia de "capas medias emergentes". Él y sus hermanos, Baldomero y Emilio, coincidieron en su interés por las letras ("Sub Terra de Baldomero Lillo y la gestación de una conciencia alternativa". Estudios Filológicos. Número 40, 2005, p. 8). Emilio fue dentista de profesión, estadístico del Ministerio de Justicia y profesor de estadística en el Instituto Superior de Comercio. Colaboró con cuentos en medios como El Mercurio, Zig-Zag (1900-1964) y Pluma y Lápiz (1900-1904) (Álvarez, Ignacio y Bello, Hugo. "'Quintriqueo' (1908), cuento de Emilio Lillo Figueroa". Revista de Humanidades. Volumen 19-20, 2009, p. 147).
Samuel Lillo cursó sus estudios escolares en la Escuela Superior de Lota y los cursos de Humanidades en el Liceo de Lebu y luego en el Liceo de Concepción (Araneda, Fidel. "Don Samuel A. Lillo y El Ateneo de Santiago". Atenea. Número 397, 1962, p. 142).
Realizó sus estudios superiores en Leyes y luego ocupó la cátedra de Derecho de Minas en la Universidad de Chile. Sin embargo, en 1896 comenzó los estudios para ser profesor de Castellano en el Instituto Pedagógico, establecimiento del cual se tituló en 1904 (Guzmán Silva, Oscar. "Samuel Lillo: Mortal inmortalidad de poeta". El Mercurio de Valparaíso. 19 octubre 1987, p. 9). Dedicó varios años a la docencia en el Instituto Nacional, en la Escuela Militar y dictó la cátedra de Literatura Chilena en el mismo Instituto Pedagógico donde se formó. En 1915, fue nombrado Prorrector de la Universidad de Chile.
Derivado de su trabajo como profesor, Lillo vio la necesidad de contar con textos para sus alumnos, por lo cual preparó dos obras de estudios literarios, con el fin de que pudieran ser usadas en clases por docentes y estudiantes. El primero de estos libros fue Literatura chilena (1918), volumen que tuvo varias ediciones posteriores, al que siguió Ercilla y la Araucana (1928), texto que presentó una biografía de Alonso de Ercilla (1533-1544) y un análisis de La Araucana.
Además de su trabajo como profesor, Lillo fue parte activa de círculos de letras. Mientras cursaba sus estudios secundarios en Concepción participó de la Academia Literaria "El Ensayo" (Díaz, 14), posteriormente fundó la Academia de la Escuela Militar y asistió a las reuniones del Ateneo de Santiago. Tras el cierre de esta asociación debido a la Guerra Civil de 1891, en el año 1899 Lillo fue uno de los impulsores de su refundación: "Lillo fue el alma de ese organismo como organizador de sus veladas, como mantenedor de sus actividades. Y lo hizo siempre animado de un doble propósito: velar por su prestigio intelectual y auspiciar, con clarividente juicio, que no tuviera tropiezos de ninguna clase el escritor que se mostraba digno de ocupar esa tribuna" (Maluenda, Rafael. "Samuel A. Lillo". Atenea. Número. 383, 1959, p. 3). En 1928, Lillo fue nombrado miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua y al año siguiente dio su Discurso de incorporación, en el que expresó la necesidad de que las Academias Hispanoamericanas trabajaran para la mantención de la unidad del castellano.
En cuanto a su producción literaria, además de los textos de estudios, Lillo publicó varios libros de poemas. El primero de ellos fue Poesías (1900), el que ha sido considerado como un texto de influencia romántica. En 1902, fue antologado en Poetas chilenos (1902), tercer volumen de la colección Biblioteca económica de Domingo Urzúa Cruzat (1862-).
En 1908, apareció el libro de su autoría más comentado por la crítica literaria, Canciones de Arauco. La crítica destacó especialmente el paisaje austral que aparece como trasfondo y la temática mapuche. En 1916, este conjunto de poemas fue traducido al mapudungun por Manuel Manquilef González (1887-1950), con un prefacio en castellano. Canciones de Arauco fue parte de un conjunto de cantos poéticos que el escritor publicó entre 1908 y 1916, por los que fue premiado en varios certámenes literarios de la época.
Ha existido cierto consenso entre los estudiosos de la obra de Lillo en que con la publicación de Fuente secreta (1933) hubo un cambio en su poética, desde la épica nacional a una escritura lírica. Además de este volumen, publicó los libros de poesía Bajo la cruz del Sur (1926), Campanario de humanidad (1938), El río del tiempo (1942), Lámpara evocadora y Primavera de antaño (1951).
Su trayectoria literaria fue un asunto que ocupó un lugar especial en su libro de memorias Espejo del pasado (1947), en el que se refirió tanto a su vocación por las letras como también recordó las instituciones, asociaciones y personalidades que conoció en ese recorrido.
En 19 de octubre de 1958, Samuel Lillo falleció a los 88 años de edad. Al año siguiente, la revista Atenea dedicó un número especial de homenaje al autor, que incluyó varios textos que recordaron la vida y obra del autor.
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