Alejandro Zapata Espinosa (Itagüí, Colombia, 2002): estudiante de la Licenciatura
en Literatura y Lengua Castellana del Tecnológico de Antioquia
PREVALECERÁ EL ALTO AMANECER
Barre la prisa anteponiendo soles al corazón del oriente; o rechaza las cataduras malgastadas, el río no cruzado en hélices de territorio. Los mantos han ocultado la resistencia, y bajo ellos se mueven hasta dar con el visor que destella su cobardía; y hacen lo justo: rechazan el muestrario, lo bajan de la torre, hacen de él compromiso de gentes alzadas. Porque la coladera habrá de sintetizar adagios; el cielo se ha de comprometer con algún gentilicio; las aguas parten ya de la zona más árida del pecho que fenece. No hay que preguntar formas sino avances, el golpe encauzado al diente flojo, a las carnazas magulladas del tirano en silla de espetones; y devolverlo a la marea en forma de papel, de tinta que no figure ninguno de sus contenidos, que sea blasfemia para su hechura y no dictamen a las altas cortes y mandos, también lelos en mar, a otro, en la nave desnuda. Desde allí, tamborileando con sus vientres la zozobra y el cortejo, serán rescatados por un sol inhábil de prometer albedrío ni cadena, y terminarán lamiéndose las llagas para embolatar los codos, siendo imposible moverse en la cintura del caído, del pisoteado por quien hace poco se dirigió a él como gran teniente, generalísimo ulterior, concha de nácar de los pueblos que conquistaron en alguna página reescrita por los doctores de la universidad destruida; ordenan el archivo, escriben brincándoles el verso de Marwan en la cabecera, y tiran a los puercos a restregarse en cuanto velaban. Son los restauradores, el germen que se abastece de su antigua miseria, la derrota alzándose con el fusil y disparando a olas que apartan lo sucio, los ministros que desisten pero ya fueron anotados, las miradas ocultas que en un momento alabaron el bombardeo, como si ese brillo fuera la única razón para abrir sus ojos, decisiones del acomodado, rey conquistador por su cuenta a nombre del dólar y la pureza que en algún pasaje ha de ocultar al mesías por una versión menor, de libre reparto en los círculos que cambian fábricas por buhardillas.
El Pedregal, noviembre 2 de 2024
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