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AQUILES RÍOS PARRA (Aripa)

Nació el 18 de junio de 1960 en la ciudad de Coronel, región del Biobío, es hijo de Juan Ríos y Raquel Parra. Criado en la ciudad de Bulnes, región de Ñuble, El año 1980, en Bulnes, fallece su padre, hito que marca su vida, a partir de ahí comienza a escribir, toda la rabia y dolor interno lo comienza a volcar a través de los versos, como una forma de desahogo. Actualmente reside en San Francisco de Mostazal.


Ha publicado “Horas de silencio” (2015), “De viajes y nostalgias” (2016), “Sentimientos Encontrados” (2016), “Camino del alma” (2018) y “Sinfonía de Otoño” (2021), todos con Primeros Pasos Ediciones de Rancagua. El 2017 es parte de la antología “Autores de la región de O’Higgins VI”, y del 2016 al 2020 participa en la Agenda Antología Artística, ambas iniciativas de la misma editorial. El 2019 participa en la antología poética “Puente de poesía” Chile-España, con poetas chilenos y españoles, libro editado y publicado en Madrid, España, y el 2020 en la antología “Colibrí de papel” y 2021 en la antología poética chilena “La palabra provocada”, ambos editado por el Instituto Cultural Iberoamericano en Madrid, España. El 2023 es parte de la antología VEINTE, de 40 escritores en dos tomos de la Editorial Primeros Pasos y la antología TRENES de 15 escritores de la región de O’Higgins. El 2024 es parte de la antología MEMORIA de 17 autores de la región de O’Higgins.


EN LAS NOCHES SE DESANGRA MI ALMA


La creación

no me deja dormir,

en las noches

se desangra mi alma.


Bajo el silencio nocturno

mi corazón se abre

como una puerta,

una estampida de palabras

corren sin control,

las letras apuñalan al papel.


El amanecer

detiene la creación

solo por un momento,

el alma necesita liberarse

ante de ahogarse

en palabras muertas

para aliviar

la erupción interna.


EL VIAJE


Viaja mi mente como un

largo tren esta noche

y golpea en mi sien

cada estación de recuerdos.


A veces quisiera subirme al carro

y hacer explotar cada locura

que en mi juventud cansada

no pude delirar.


El tren avanza y veo

el ocaso de la estación lejana,

me veo avanzar en la madurez

¡Y pude haber hecho tanto!,

pero el puente se veía débil;

a mi corta edad la carga era pesada.


Esta noche es larga

en mi mano tengo el pasaje,

no sé si esperar el eterno descanso

o subirme al tren de la realidad.


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