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FELIX RIZO

Nacido en Cuba un 5 de julio. Sus padres lo enviaron a Estados Unidos de niño. Allí creció y estudió sin nunca olvidar su tierra y su idioma. Ha publicado cuatro poemarios, tres novelas y dos libros de cuentos. Es Director y editor de la Revista Rácata junto a su subeditora, la poeta cubana, Yuray Tolentino Hevia. Actualmente reside en Lisboa, Portugal.


HABLEMOS DE VIRULA


Hablemos de Virula, el limpiabotas

Que en una esquina angosta

De mi pueblo

Borra con sus manos la cochambre

Del alma del zapato

y la fibra del cuero.


Se incrusta al banquillo de madera

Como si fuera un árbol de cemento

Y con sus ojos negros

Enfocados en nada

Comienza a silbar

Un bolero achaquiento.


Brilla, brilla, rebrilla

Trapo, cepillo, esfuerzo;

Para extraer blancura de lo prieto,

Y con el potingue estirado

Del betún

Le añade a las luces centelleos.


Al doblar de la esquina

Van camino hacia el parque

tropas de mujeres

Con sus pieles limpias

Y sus rostros nuevos.

Andan por las calles

protegidas de sombras

Cubiertas por aire,

Vocalizando sus rezos.


Mientras que Virula

Limpiabotas de un sueño

Sigue puliendo y pule:

Pule un tacón alto

Una suela lánguida

Un botín inquieto…

Y mstvhla gente su rumbo infinito

Hacia el parque parque

Tarde de domingo

Tarde de recuerdos


Lustra, lustra, lustra

Lustra las viciadas botas de un sargento

Que espera sentado con su boca abierta

Que caiga la noche

Mientras que una mosca

Posa sobre el rostro

De escozor y hielo.


Virula, se para al salir la luna

Sin rumbo y sin ansias

Cansado y churriento

Voy a casa, entona

En sus pensamientos…


Hablemos de Virula, limpiabotas triste

Que habita invisible una esquina remota

De mi pueblo.


NOCTURNO XXXI


Esa misma, el fantasma que Yo soy la noche.

No cargo con motes o apelativos.

Estoy sola,

Siempre sola

Me gusta vivir solitaria,

Encubierta entre sombras

Bajo las tinieblas.

Es la mejor forma de existir

Cuando la luz del sol

Deja de importunar con su furia diurna.


Soy la noche.

La dama,

La viuda.

Soy la amante de asesinos y ladrones.

Los llevo de mi mano

Para que el robo sea limpio

Y el asesinato perfecto…

Vivo a pocas,

Conjugando mi soledad

Con el silencio

De un mundo sin reservas.


Soy noche

Noche de anoche y antenoche.

Amiga de rameras

Y borrachos.

Abro y cierro las puertas

De la realidad

Para que penetren los que me aman

En un submundo

Muy lejos de la petulancia de la claridad.


Soy noche y como noche,

Mi perfección es beber a oscuras

Y comer sentada a una mesa sombría…


Soy noche, tu noche

La noche que será siempre noche.

Nadie puede negarme.

Nadie puede robarme estrellas

Ni luciérnagas.

Ni vivo ni muerto podrá jamás

perturbar el horario de mi imposición…

No olvides nunca, soy ella,

cierra

Tus ojos

Noche por noche

Para que al despertar mañana

Creas que tu vida está por comenzar.


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