He ahí que vuelas en la mañana
llevando para siempre el rocío
el aliento
tu alma
lo que queda del sol
No te arrepientes de volar
porque te anida la ternura
que a causa de tu ir y venir
y de tu no volver
clama
suspira
¡No te olvida!
Tampoco los pájaros espaciales
que persiguen destellos
en busca de pan
Seguirán volando
y escribirán en el aire
porque saben que tú
leerás