UN AMIGO LLAMADO VIENTO

El viento es un artesano que le da forma al vino acariciando a los pájaros hasta hacerlos volar, protege los árboles, abrazándolos con su piel desnuda cuando baja de los cerros y se recuesta en el mar.

Es como un hombre estancado en el tiempo fugaz que ha visto crecer los pámpanos y conoce la uva. Lo llaman amigo, viajero errante, un alma casual; confundido en susurro claro y en el aliento vivaz.

¿Quién puede amar el viento solo con respirar? Cuando emerge del Itata empapado como rio, arrimado como verso, se embriaga de poesía hasta despertar en la mañana como escarcha en el frio.

El viento es un hermano, tan tuyo y tan mío! Puede beber del vino como si este fuera de rocío, a veces le cuesta estar en pie, borracho mendigo que recorre Coelemu, húmedo, sin sueño y sin abrigo.

El viento es un artesano de palabra y de ombligo que da colores al paisaje mientras contempla la vida. Es como todos lo conocen cuando nadie lo olvida. El viento es como aquellos pájaros que vuelan arriba.

Yo he visto el viento como surco de recuerdos en la esquina cuando de nube en nube, a veces, por la noche desaparece

El viento es un artesano que se sienta en la cantina y nos sonríe directo a la cara, como si nada más tuviese.

Seguirá como brisa en la ventana que a nadie le interese; tan sereno, cuando despierta abriéndose paso en las cortinas

discutiendo con los pájaros, un amigo de la mañana y como siempre un alma errante, un verso que ilumina.

¡Un amigo llamado viento me ha tocado la vida!