.Lidia Mansilla Valenzuela es una poeta admirable nacida en la ciudad de Arauco. Por ello, la naturaleza sureña vive en sus versos, el silencio y el sosiego los percibimos en su entrañable voz literaria. En el presente poemario ella, cual niña traviesa y emocionable, juega con diversos poemas de nuestra Premio Nobel, Gabriela Mistral, entremezclando sus voces en un maravilloso y emotivo resultado. Es el guiño de una notable poeta a la más grande de las poetas chilenas.
Lidia Mansilla ha recibido múltiples galardones, entre ellos el premio latinoamericano “al mérito literario 2015, Vista Alegre, Argentina, por su libro “Transeúnte de otoño”. Además de poeta galardonada es una extraordinaria cuentista, sus amenos relatos manejan el humor en forma notable.
En este poemario, la poesía diáfana, de especial belleza, se adhiere con fuerza a nuestra piel, sensaciones, imágenes y emociones nos sacuden obligándonos a ser testigos del entorno, que generalmente obviamos por el ajetreo del diario vivir.
1
Piececitos azulosos de frío
conocí en los años niños,
y leí de un velloncito
el que más tarde adornó mi cama.
Son los primeros versos del primer poema del libro. No tiene título, la autora le puso números. Así leemos más adelante:
11
Y ahí estás ajeno a nuestro Arauco
en este desenlace de la juventud
se detuvo la lluvia en su gemir.
Es asombroso el juego de versos entre Lidia Mansilla y la poesía de Gabriela Mistral. Son otros versos en una misma mirada poética. Descubrimos, entonces, la madurez poética de Lidia Mansilla, la fuerza y sonoridad en cada una de sus palabras. Una poeta con oficio, que aprendió a. caminar por el camino de la literatura con sabiduría. Reconocemos de este modo su sensibilidad a lo cotidiano, al dolor que para ella no pasa desapercibido, dueña de una pluma ingeniosa, respetuosa de la belleza que la rodea desde muy niña. en sus lejanas tierras sureñas. Es el vuelo poético de un alma amante del arte que logra la comunicación tan necesaria con el lector para hacerle sentir lo que ella guarda dentro de sí.
18
No ahuyentó a la noche
el aroma del invierno
una flauta de viento frío
recorrió mi piel.
y en este territorio lejano
sólo el mar da testimonio
de un pelícano herido.
He aquí, algunas estrofas de algunos poemas de Lidia Mansilla, entremezclando versos con nuestra gran Gabriela Mistral. De ahí, el sabio título “Amasijo de mi tiempo”, ella amasa dos tiempos diferentes, dos épocas alejadas en los años y sin embargo, unidas por la poesía. Sabio es el arte y sabias nuestras poetas.
Amasijo de mi tiempo, es un poemario para disfrutar no solo por la bella poesía que esconde dentro, también por el asombroso guiño de una poeta a otra.
29
Golondrina llevas las alas prendidas
a la locura en flor del cardo
con las angustias a cuestas
aradas por la noche insomne.
ความคิดเห็น