La presente antología es el tercer libro que nace al alero del taller del escritor y crítico de arte, Camilo Marks. Son doce textos, de doce escritores diferentes. Es una muy buena antología, al taller de Camilo Marks no entra cualquiera, se necesita poseer algunos conocimientos de literatura y del arte de escribir creación literaria. Aún así, a mi parecer, hay cuentos mejores que otros, esos que enganchan al lector y ya no es posible cerrar el libro hasta llegar al punto final.
Pero, antes de continuar, es necesario aclarar por qué la segunda palabra sofa no lleva acento agudo, muy sencillo, no es el mueble para sentarse sino la sigla de “Sociedad de Fomento al Arte”, lugar donde solían reunirse el maestro y sus alumnos para, con tesón y perseverancia, liberar la imaginación.
Como dije, son buenos cuentos, algunos de excelencia.
Para ello, no solo se escribe durante las dos horas de taller, también se lee literatura universal: Japón, Rusia, Medio Oriente, América Latina, Chile, etc., como una forma de incentivar la imaginación de los talleristas. Creo, entonces, es la razón que en el presente libro podamos leer cuentos de tan buena calidad. Es sacrificado, porque yo durante muchos años lo hice, en lugar de irse a casa a descansar después de la jornada de trabajo, torcer el camino e integrarse a un taller literario, con el cuento-tarea leído y otro de la propia autoría bajo el brazo.
Dicen que escribir cuento es más difícil que hacer una novela; en el primero se debe condensar al máximo la historia, ahorrar palabras, sintetizar ideas. Especialmente hoy en día que está de moda el cuento breve.
No obstante, a pesar de lo casi parejo de estos cuentos, debo confesar que me impactó satisfactoriamente “El álbum de Alicia”, cuyo autor es Enrique Marchant. Mantuvo la tensión hasta el final y su desenlace abierto me sobrecogió. Un texto muy bien logrado. Asimismo, sobresale “El buen vecino”, de Javiera Moraga, con un humor e ironía sutil que atrapan al lector. Muy simpático me pareció “ Un cuerpo al día”, Javiera Reyes.
Son doce cuentos, he querido mencionar solo tres, que son los que realmente a mi parecer destacan. De aquellos que no se olvidan y, por qué no, pueden contarse ante un grupo de amigos.
“Del sofá al sofa”, antología de cuentos, que invito a leer a quienes deseen disfrutar de una buena lectura.
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