Luis Bernal Rojas es un joven poeta talquino que sobresale del abanico de vates que, hoy en día, circulan por el ambiente literario. Su poesía diáfana, de una belleza especial, se nos adhiere con fuerza; sensaciones, imágenes y emociones que golpean, sacuden sin piedad, arrancándonos de la indiferencia con que vemos a “los otros”. Versos cantados casi con simpleza, a fin de que el lector los analice y los haga suyo. Porque eso es el arte: mirar la vida con otros ojos.
A medida que avanzamos en la lectura del poemario descubrimos la madurez poética de Luis Bernal, la fuerza y sonoridad de cada palabra, nada sobra ni nada falta. En otras palabras, un poeta con oficio. Su sensibilidad frente a la contingencia, a lo cotidiano, al dolor que para él no pasa desapercibido está allí, en cada verso, la emoción se desprende de cada uno, como el gorjeo del pájaro al amanecer.
Vate de ingeniosa pluma, respetuoso de la belleza dolorosa y hasta casi cruel del entorno, en un vuelo poético de su alma hacia los lectores logra la comunicación necesaria para hacernos sentir lo que nuestros ojos en la primera mirada no percibieron. O, tal vez, no quisieron reconocer.
“El caminante dormido”, de Luis Bernal Rojas es un poemario imprescindible.
“Las palabras son de piedra
cuando tropiezo en el camino
la poesía golpea la vida
elocuente y prosaica
de un caminante dormido”.
La belleza del alma de un poeta en palabras, eso es este libro.
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