A veces nos encontramos con cierta poesía que nos produce un placer especial. Me sucedió con el libro que comento hoy, “Vivencias” de José López Payacán, quien se presenta como poeta y escritor. Se nota en sus versos los arduos años de profesor normalista, el amor a los niños, el afán innato de convertirlos en hombres y mujeres con principios morales. Toda su poesía está dedicada a los infantes, a la mujer luchadora y aguerrida, al trabajador incansable que lucha día a día por llevar un pan a la mesa de su hogar. Sin duda, vive en él un profundo crítico social siempre atento a la cotidianidad.
“Vivencias”, tal como el título lo indica, es eso. Un profesor jubilado que impartió educación a generaciones, siempre atento a obtener lo mejor de cada niño. Poesía sublime, que nos deja una sensación de dulzura, de encantamiento. Décadas atrás, los escolares en las escuelas debíamos memorizar poesías y recitarlas frente a la clase. De eso me acordé, de los versos en apariencia sencillos y sin embargo de gran profundidad.
El poemario, Vivencias, es tener fe en la sociedad y en las generaciones venideras, en la mujer y el hombre, trabajadores del día a día.
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