La naturaleza siempre nos sorprende con elementos que pueden tener una apariencia que es más de lo que los ojos ven. En unas ocasiones hay sorpresas, y en otras se trata de algo que parece lo que no es.
Hoy les quiero presentar el ágata botroidal
El ágata es una variedad microcristalina del cuarzo; se trata de un conjunto de variedades de sílice, que puede tener diversos colores debido a las micro inclusiones que posea. En particular, el ágata uva recibe ese nombre gracias a las tonalidades en púrpura y violeta que posee, pero esa no es la característica principal que nos reúne en esta ocasión.
En otras ocasiones he mencionado en esta misma sección que las piedras tienen un hábito: esto significa que las moléculas se unen de una determinada forma para una determinada fórmula química. Pero la naturaleza siempre tiene la habilidad de sorprendernos, y el efecto botroidal es el que le da a esta variedad del ágata el aspecto de un racimo de uvas. Si se reúne la forma de pequeñas esferas con los tonos violeta, podríamos pensar que se trata de un fruto comestible.
El hábito botroidal no cambia la estructura cristalina de mineral, solo su apariencia. Se forma cuando hay varios núcleos presentes en muy poco espacio, lo que fomenta que se arracimen en torno a estos, sobre todo en ambientes donde hay impurezas como granos. Las pequeñas esferas, de no más de un par de milímetros de diámetro, se arraciman, dando forma a este tipo. El ágata no es el único mineral que tiene este hábito, pero sí es el que tiene esta curiosa cualidad de lucir como si se tratara de una fruta comestible.
Esta variedad de ágata es muy apreciada por coleccionistas, ya que se trata de pequeños cristales con tonalidades y formas únicas. Si bien el concepto de racimo se mantiene, este puede presentarse de manera individual y expuesta, pero también se podría localizar en una geoda. En este caso, la roca cubre el material, que al ser insuficiente para rellenar todo el interior, se adhiere a las paredes internas; las geodas son muy buscadas por los coleccionistas, ya que encierran un espectáculo natural impresionante.
Espero que les haya gustado este paseo por un mineral muy especial; nos encontramos el próximo mes para conocer otra joya natural de la tierra.
Emilio López B. Escritor, contador de historias, coleccionista.
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