Las cualidades visuales de las piedras nunca dejan de sorprendernos. Una de ellas va a ser la protagonista en esta ocasión, y se trata de algo que a simple vista puede verse, o tal vez no.
Hoy les quiero presentar la Fluorita
La fluorita es un mineral formado a base de calcio y flúor, y desde hace mucho tiempo ha sido valorada tanto en la industria como en el coleccionismo; en cuanto a sus características físicas, es importante mencionar que tiene un hábito cristalino cúbico, es decir, las moléculas que la forman tienen una tendencia natural a formar cubos. Sin embargo, también es posible encontrar este mineral con apariencia de rombododecaedro y octaedro, lo que hace que existan combinaciones cada vez más raras y únicas a la vista.
A pesar de lo que pueda parecer por las imágenes, el color de la fluorita no es azul ni violeta; al tratarse de un fluoruro de calcio, es incolora, lo que por lógica debería dar origen a cristales incoloros. Pero la naturaleza siempre nos sorprende, y en el caso de este mineral, es posible encontrarlo en tonalidades azules, violeta, amarilla, rosa y hasta verde. Mientras que en otros minerales es posible identificar fácilmente a qué componente se debe el color, en este caso las cosas son más complejas.
Diversas investigaciones han demostrado a lo largo de los años que diferentes orígenes pueden dar como resultado colores idénticos, o a la inversa. La inclusión de tierras raras, el historial de formación y los iones involucrados pueden conducir a un determinado color, pero no hay estudios concluyentes sobre esto. Se han localizado ejemplares con tonalidades idénticas en distintos puntos del mundo, que tienen agregados o historial térmico diferente; a modo de ejemplo, existen ejemplares verdes que deben este color a la presencia de samario, y otros a inclusiones de yeso. Todo un misterio que da como resultado una amplia gama de colores con formas variadas y orígenes distintos.
Pero al principio de este especial dije que este mineral tiene cualidades que no siempre se ven a ojo desnudo. Esto es porque algunos ejemplares son fluorescentes, es decir que pueden emitir luz; como si esto fuera poco, otros tienen capacidad fosforescente, lo que significa que pueden almacenar luz y mostrarla en ambientes oscuros.
Todo esto podría parecer muy surrealista, pero esta piedra aún tiene más cosas que mostrar. Al hacer determinadas pruebas, se comprobó que algunas piedras tienen color verde esmeraldino al mirar la transparencia de la piedra, mientras que la reflexión era azul zafiro; la diferencia entre uno y otro se debe precisamente a la fosforescencia.
Este curioso mineral no solo es cotizado por los coleccionistas, sino que forma parte importante de la industria. Los principales puntos en donde se encuentra son China, México, Mongolia y España.
Sobre el uso, hay niveles diferenciados. Se usa en metalurgia como fundente y escorificador. Luego está una calidad intermedia, que se usa para fabricar cerámica, vidrio y fibra de vidrio, debido a su gran resistencia y transparencia. Finalmente está el grado más valioso, que se utiliza para crear ácido fluorhídrico, que es componente de vital importancia en la fabricación de propelentes, agentes refrigerantes, disolventes, agentes extintores de incendio, y como parte de los componentes de la industria farmacéutica.
Espero que les haya gustado este paseo por un mineral muy especial; nos encontramos el próximo mes para conocer otra joya natural de la tierra.
Emilio López B. Escritor, contador de historias, coleccionista.