Las artes visuales desde sus inicios han estado vinculados e interconectados en sus más diversas formas de expresión, desde la pintura prehistórica, pasando sus diversas caligrafías por la evolución del alfabeto hasta llegar a la poesía visual más extensa y compleja. Un poema visual es un deleite para la mirada, una fusión de palabras y formas que encanta, donde la escritura se convierte en arte, y las letras danzan en el lienzo o cualquier soporte como parte de un cuerpo. Es una expresión única y singular, que trasciende las barreras del lenguaje común, donde las palabras se vuelven imágenes, y el artista visual y poeta crea su propio universo sin fin.
Antes de que se crearan las palabras y el lenguaje, las imágenes fueron el conductor esencial para transmitir emociones y comunicarnos con el otro.
A partir del gesto humano, se estampa en la Cueva de las Manos, constituyéndose el
principal sitio de arte rupestre de la Patagonia. Realizadas hace 9.300 años en el profundo cañadón del río Pinturas, estas pictografías patagónicas representan miles y miles de manos. La mayoría de las manos de esta cueva no fueron pintadas, sino que se esparcieron pigmentos alrededor de las manos que los seres humanos pusieron sobre la roca. Esto quiere decir que la técnica utilizada fue la de apoyar las manos directamente sobre las piedras para luego cubrirlas de pintura. Por ello las imágenes de esta cueva se visualizan como si se tratara de un negativo, explica el arqueólogo argentino Francisco Díaz.
Otros elementos significativos en el desarrollo de la expresión artística visual con componentes de escritura poética serán el Tiempo y el Espacio. Moviéndonos desde los contornos del espacio y el tiempo, sin duda que hace 9.300 años las circunstancias más místicas y de orden natural significan y resignifican la creación de aquellas siluetas de manos humanas, que nos preguntan y nos cuestionan de nuestra existencia. La naturaleza es un componente vital de esta transformación poética visual alucinante y misteriosa que nos deja sin respuestas en algunos capítulos de nuestra existencia humana.
El ser humano es un ente en esencia creativo y un ser social que tiene la necesidad de comunicar, en ese sentido crea un lenguaje y lo estructura en un alfabeto propio.
Quizás la primera instancia en que una imagen expresara un lenguaje de comunicación fueron los jeroglíficos egipcios. La mayoría de los alfabetos actuales del mundo o bien descienden directamente de los alfabetos griegos y el latino, o se inspiraron en su diseño.
Es poco conocido que la matriz de prácticamente todos los alfabetos empleados hoy en día es el hebreo-fenicio, con su representación de imágenes que sugieren al lector un sonido. Así, la primera letra del alef-bet (alfabeto) hebreo-fenicio es álef, que representa los dos cuernos del buey. Este sistema de letras lo adoptaron los griegos, agregando vocales, que no hacía falta escribir anteriormente. Así, por ejemplo, la letra alef se derivó en la letra “A.” Fue un paso trascendental que amplió el alcance y las capacidades comunicacionales del alfabeto, y abrió el horizonte para la escritura.
Dicho esto, la pregunta que nos surge es: ¿cómo la escritura junto a las Artes Visuales contribuyó a una poética visual?
Y la respuesta está en la poesía visual, que no fue inventada en el siglo XIX ni en las primeras vanguardias del siglo XX. Es prácticamente tan vieja como la poesía escrita y así lo demuestra la existencia de caligramas y otros poemas figurativos. Se puede considerar el inicio de la poesía figurada en verso los caligramas atribuidos al poeta griego Simias de Rodas hacia el año 300 a.C. Su caligrama El huevo tiene que leerse alternadamente, empezando con el primer verso y luego el último, el segundo verso y luego el antepenúltimo, hasta terminar en el verso central. En tiempos más contemporáneos, es el escritor cubista Apollinaire quien hace revivir de nuevo el género con sus caligramas.
La poesía visual es una forma experimental en la que la imagen, el elemento plástico, en todas sus facetas, técnicas y soportes, predomina sobre el resto de los componentes. Esta forma de poesía no verbal constituye un género propio. En el campo de la experimentación sus creadores se mueven en la frontera entre los géneros y las artes, como la pintura, acción poética, el teatro, la música y la misma lírica discursiva. Esto da lugar a diversas formas de poética: poesía visual (concretismo, letrismo, semiótica), poesía objetual, poesía fonética, poesía sonora, poema acción y pseudo visual.
Son miles de ejemplos que podemos mencionar con respecto a la creación de una obra visual compuesta como una escritura poética, que transmiten un mensaje o crean una experiencia estética alucinante.
A diferencia de los poemas tradicionales, que se basan principalmente en el lenguaje verbal, los poetas visuales utilizan el diseño gráfico, la disposición espacial y otros recursos visuales para comunicar sus ideas. Los poemas visuales pueden ser considerados una fusión entre el lenguaje literario y el arte visual, lo que los convierte en una forma de expresión poética verdaderamente única.
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