Desde el 18 octubre pasado ha sido un tiempo realmente intenso.
Desde el 18 de octubre pasado que ando con el corazon en la mano.
Desde mi aterrizaje forzoso, - alla x las tierras de la patagonia argentina-, que no lloraba tanto, y que, en medio de toda esta loca convulsion social, termine agradeciendola, pues esa experincia me dejo entrenadisimo el musculo de la templanza para pasar x en medio del dolor sin perder la respiracion.
Desde el 18 de octubre pasado, donde mis espacios de trabajo se redujeron casi a cero, -pues obviamente la gente reserva el dinero para las cosas basicas como comida, cuentas, arriendo, etc.-, mi cotidiano se volvio el de un monje zen. No habia posibilidad de hacer planes a futuro, ni siquiera a 30 dias, asi que basicamente dormia, comia, cagaba, barria, regaba las plantas, lloraba, Sentia.
Sentia y sentia!
He andado navegando por los dias convertida en un mar profundo de sensibilidades.
He sido visitada por TODO el abanico de emociones posibles, en oleajes completamente incontrolables e impredecibles.
A menudo uno se vuelca a la accion como una manera de no sentir, o de sentir menos, pero mi cotidiano no me ha dado ningun gran "hacer" en el que me pudiese esconder.
Cuando sacaron a los milicos a la calle, cuando comenzo a entrar la policia a las casas de los dirigentes estudiantiles y a sacarlos a la rastra, y sin siquiera una orden judicial que respaldara ese brutal e ilegal accionar, cuando comenzaron a reventarles los ojos a los manifestantes... simplemente enmudeci.
Han sido meses de profundos silencios en las largas horas de un cotideano que, hasta nombrarlo como "sencillo" le queda fastuoso.
Yo, que siempre he sido una chica full comunicativa, simplemente enmudeci. Y no solo no pude escribir sino que tampoco hablaba mucho, y cuando intentaba hacerlo, notaba que no lograba hilar los conceptos adecuadamente.
Estas son mis primeras lineas 2020
Solo pa decir: puta madre que ha sido intenso este tiempo! (Y se que lo ha sido pa todos, no solo pa mi), y pa pedir que las palabras vuelvan a surgir en mi corazon, para poder con ellas construir los escudos, los cantos, el aguita (con bicarbonato), los abrazo, y las caricias que nos ayuden a sostener con valentia las contracciones de este intenso parto en el que estamos no solo como pais, sino tambien como humanidad.
Febrero 11_2020
Santiago de Chile
