Te buscaré en la farola,
Esa de la luz pequeña
Que hacía todos los esfuerzos
Por mantener los sentidos abiertos
Titilando aquel camino
Como fiel centinela
Aquel sendero de tierra
Con su ruralidad a cuestas
Con sus baches espontáneos
De inadvertidas sombras
De sugerencias sinceras
Brisas insomnes
Transitaban por esos recodos
Con olor a buena tierra
Acariciando tus formas
Deleitándose en tus sombras
¡Ah!...
Que deleite inmenso era tu cintura
Bajo el acertijo fugas
De un noble deseo
Que se escapa
Como una hoja sola
Bagando en el universo
Hurgando en todas las cosas
Que parecen inciertas
Cosas que solo el alma entiende
Cosas que solo viajan
Entre tu corazón y las estrellas
Cabalgando a lomo de viento
Dividiéndose en interminables
Provocadoras de recuerdos
Cuestionando toda mirada
Donde el firmamento era tuyo
Entre el suelo y los pájaros
Entre los grillos de media noche
Y el colapso de tus ojos
De mujer apasionada
Te buscaré en esos instantes
Que solo por joder
Se transformaron en inolvidables
Con su coro impreparado
Bajo el dulce quejido
De las hojas secas
Que retuvieron su sacrificio
Para bajar impolutas e insolentes
Y de una vez,
Convertirse en tierra
Hasta partirse el alma
Nada más para tenerte cerca
Te buscaré en el recuerdo
De los corazones que se apartaron
Que lucharon como titanes
Por salir a encontrarse
Y no se hallaron
Para darse el último brebaje
De esos labios apasionados
Que rayaron el horizonte
Cuando a la distancia decian
Te amo
Navegando solitarios
Sobre un mar de ilusiones
Eclosionando como la semilla
Que rompe la tierra
Con su ruido imperceptible
Igual que el silencio de un cometa
Cuando de la nada
Lo ves aparecer
Y raudo se aleja
Te buscaré en ese silencio
Que así como yo,
No querías...
No querías
Que se fuera