Pensando entre el suelo
Donde se posaron
Tus pequeños zapatos
Y las alturas insondables
Que alcanzaron tus ojos
No me quedó otra
Que ser obsecuente
Con el silencio y el olvido
Estábamos tan a gusto
En esa periférica necesidad
De querernos tanto
Que se nos olvidó el tiempo
Y él mismo pasó inapelable
Desnudó nuestras almas
Nos ultrajó de improviso
Y nos condujo en un instante
Al universo de los efímeros
De profundidades abismales
De alturas inalcanzables
Como ese vuelo de los pájaros
Que no vemos
Cuando se pierden en el horizonte
Con sus vueltas diáfanas
De giros angelicales
Bosquejando delicados trazos
Como dibujando en un lienzo
Indelebles líneas
Que no hablan
Pero aún así
Cuentan y cantan
Y si cierras los ojos
Escucharas historias del alma
Que hoy son el recuerdo
De que un día te quise tanto
En tu breve espacio de enamorada
Ah, pequeño tiempo
Donde se expande el universo
Y tu corazón acelerado
Nos guardó para siempre
Entendí entones
Que éramos la razón perfecta
Para equivocarnos
Pero ya era tarde.....
No me queda otra
Que mirarte de reojo
Entre los mares y los boldos
De soledades tempestuosas
Que van ciñendo sus tupidas hojas
Albergando tu delicada sombra
Cuando de lejos
Desde muy lejos
Vienen las olas
Una tras otra
A luchar contra las rocas
A convertirlas en arena
Para que se posen tus huellas
De niña enamorada
De cuerpo de sirena
Envuelta
Y Acariciada
En sus transparentes
Alfombras de agua
Mientras un pequeño
Reloj de arena
Da vueltas infinitas
Entre el horizonte
Y tu vientre
Y aún te mira
Y aún te espera
Entendí entonces
Que eras la razón perfecta Pero tus pasos
Hundidos en la arena
Se quedaron con las gaviotas
Instando a recordarte.
Mi breve niña enamorada
Y aquí estoy,
Pensando en el suelo,
Donde se posaron
Tus pequeños zapatos
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