Es un síncope
De etéricos ruidos
Los que me alertan
Nacen agradables
A cada rato
Son imperceptibles cuando quieren
Pero,
Cada vez su presencia
Te hace más importante
Con ello
Tus pies descalzos
Se vuelven incandescentes
Ante tus ojos suspendidos
Que descansan sobre la nada
Por lo visto
No dejarás de estar presente
Tú sabes
Que tienes mirada de horizonte
Tú sabes
Que tu leve sonrisa se mezcló
Con las ganas locas
Que tuvo la naturaleza
Por besarte
Y la brisa fue tu cómplice
Así estás
En todas partes
Viajas frágil
Y fugitiva
Con destellos violetas
Que se posan
Sobre la piel del mar
Y apareces,
Como levitando
Le das ese sentido
Que nadie se atreve a explicar
Por miedo a ser tachados
De breves locos sin argumentos
Pero eso no importa
De verdad,
No importa
¡Que blofeen lo que quieran!
Porque el espíritu de la palabra
Solo es para algunos
Que vibran en la dirección
Del Sol
De Luna
Y de los astros
Y de todo aquel o aquello
Que entregue el amor Divino
Tal cual lo recibió
Con la misma sutileza
De un alma en vigilia
Con los susurros de un espíritu vagabundo
Como las hojas por ejemplo
Que dan su vida
Para entregarla a la tierra
Diagonalizando
Su primer y último vuelo
Fluctuando su caída
Llevadas por el viento
Igual,
Que alegres mariposas
Taciturnas
Que dejan su espacio
Para que otras
Adornen las ramas solitarias
Con la misma belleza
Que un día
Lo hicieron ellas con su árbol
Su lugar sagrado
Será entregado
Solo a los ojos que le buscan
Así te subyugas
Al compromiso tácito
De esos breves momentos
Que escapan por tus retinas
Y no evades la sombra de la tierra
Porque sabes
Que aparecerás
Apoyando tu huella milenaria
En la primera frontera del horizonte
Mujer...
¡Eres tan hermosa!
Te comienzas a cristalizar
Como silueta transparente
Sobre el sucesivo tren de la olas
Una tras otra
Una tras otra
Transitando
Demasiado cauta
Por los bordes
De la realidad
Manteniendo en ascuas
Todas las tardes que te esperan
Es inevitable,
Llegas invisible para el mundo
Pero no para mi
Y ya sabes
Como hacer aparecer
Unas cuantas gaviotas que te circundan
Existen porque tú quieres
Se alborotan cuando tú quieres
Y se van a dormir
En el centro de tu alma,
Cuando tú así lo quieres
A veces,
Son agoreras de la infamia
De un cielo que quedó
Como una puñalada fratricida
Entre los quejidos del viento
Pero solo a veces,
Porque su belleza dicotómica
Te hace inalterable
Según la distancia
Que le preceden
A los breves ruidos
De un tiempo que pasó
Entonces tú,
Sabes que eres única
Vienes
Y no te rindes al desprecio
De la palabra ajena
Mírate en los espejos del agua
Desprovista de miedos
Pero aún con un poco de vergüenza
Solo para recordar
Que el aire que respiraste
Te hizo impoluta para siempre
Aún así,
Sé cauta
En la protección
De tus relieves innatos
De aquellos límites que te esperan
Esos que se dibujan
De estrella en estrella
Cuando apareces,
Y me dejas entrar en tu universo
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