Alguna vez,
¿Te dije que te quiero?
En el poco tiempo
Que el destino nos condujo
A estar frente a frente
¿ Acaso tuvimos la opción
De emitir aquella frase ?
Creo que estabamos conscientes
Que no había tiempo
Éramos tan solo
Dos brisas
Serpenteando sus anhelos
Entrelazando
Pequeños momentos
Solo con estar juntos
Bastaba para querernos
Aún siento tu mano
En mi mano
Y aquel invisible nudo
Que hizo el viento
Aferró tu alma a la mía.
¡ Aún siento tus besos !
Con esa caricia calida
Que llega de improviso
Y su diminuto huracán
Sobre mis labios
Que viene y va
Como un dulce juego
Bajo la lluvia ardorosa de tu boca
Que estremeció mi pecho
Con aquel respiro constante
Palpitando tus miedos
Alzando nuestros sueños
Ah, pequeño ángel travieso
Aún siento tu aliento
Que me lleva de golpe
A la arboleda sagrada
Bajo un inmenso cielo
Donde se quedó tu alma
En el seno de lumbreras
Inclaudicables
De farolas temerosas
Que no quieren olvidarte
Porque han arrojado
Todo su espíritu
Sobre el tramo
De una calle solitaria
Que nace y muere...
Y siempre se dirige
En torbellino violento
Hacia al centro de los bosques
Que susurran tu nombre
Con un suave,
Te quiero...
¡ Oh, Imaginaria !
¿ Dónde están
Tus labios
Llenos de agua ?
¿ Dónde están tus ojos,
Que no quieres mostrarme ?
Impregnados quedaron
En los troncos azules
Que aquella noche
Inventó el universo
Y los pintó para siempre
En un rincón deshabitado del cielo
Los aromatizó de tal manera
Que ahora cargas
Con olor a tierra húmeda
A semillas dulces
Y fragmentadas
Erosionadas
Por la mano del tiempo
Que rompe la tierra
Porque toda razón perfecta
Se alineó con un trozo de la galaxia
Y ordenó por un instante
Todo este mundo en caos
Solo para ti
Porque no había tiempo
Entonces cada instante
Te dio el balance perfecto
Para que tu pelo
Se moviera como el fuego
Así como los alborotados pétalos
Que tiene la rosa
Así...
Así eras perfecta
En comunión directa
Con la primera hoja
Del árbol más grande
Que protegía tu mirada
Perfecta
Como las trémulas luces
Que anidan
En la diminuta ciudad
Que saluda frente al mar
Cuando suelta su misterio
En pequeños hilos de plata
Y su nado nervioso
Tranquilizan a la bullada gravedad
Que posee el universo
Allí posaste tu mirada de horizonte
Cuando miles de estrellas
Acariciaban tu vientre
Que dejaste escapar
Convertidas en mariposas blancas
Dime...
¿ Hay algo más dulce que eso ?
El descubrir tu propio centro
Me abduce a tus entrañas
Donde me precipito
Hacia tu sangre misma
Y pequeñito
En el interior de tus venas
Recorro tu cuerpo
Hasta gravillar el centro de tu corazón
Mi niña,
Aún siento tus ojos
Que hurgan en mis ojos
Cuando todo el crepúsculo tiembla
Al darse cuenta
Que son tan hermosas
Las rosas que me entregas
Y a su vez,
Se tornan tan frágiles las primaveras
(Que se van y no regresan)
Mi amor....
Alguna vez,
¿Te dije que te quiero?
¿Acaso tuvimos tiempo?
(Lo nuestro fue,
Tan efímero y profundo
Tan sutil y verdadero
Como el ruego de una mariposa
Cuando va despidiéndose,
De la última ráfaga de viento)
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