A mi abuela Blanca Laura Narbona
La muerte viajó en el viento y derrotó a la primavera
Malvada asesina; entre mis manos quisiera tenerte
Y azotarte con lágrimas derramadas
Te fuiste, madre mía
¡Cesaron tus penurias!
Pero nosotros, inmóviles en el tiempo,
te vimos alejarte en ese carro de noche
La muerte viajó en e viento
Llegó junto a tu lecho
Con su trágica misión
En esa nubosa mañana
Se fue yendo el alma de tu cuerpo
Cerráronse tus párpados;
nos rozaste con tu infinita mirada
y nos dejaste el último suspiro
envuelto en un sollozo
¿Por qué tenías que morir?
¡Cuánto te añoramos!
Ahora sólo nos queda tu santo recuerdo
Forjaremos tu imagen bendita
Con el fuego del corazón
Y el hierro del alma.
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