Trastabillando por adoquines,
en un tiempo déjà vu
rosas y patricias circulaban
como fantasmas de la calle Basterrica
Al borde de la libertad,
me descubrí en el paseo Taiba,
anclado al formalismo inquisidor
de vecinas difusas
que alguna vez fueran
protagonistas de mis fantasías
Brincando por adoquines,
quedé desubicado
en asfaltos pegajosos,
sin poder expresar mi último adiós
Nuestra amistad se trizaba
herida de distancia
No hubo ocasión para el abrazo
ni para encargarte estrellas
de allá, donde fueras
Somnoliento releí
un correo misterioso
que me anunciaba tu deceso
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