Hace frío. No sé por qué me trajo hasta acá. Pero dijo que la esperara. Que vendría por mí en cualquier momento. No me gusta andar en la calle, de noche, con un vestido tan escotado. Ella insistió en que me lo pusiera. Miro a derecha e izquierda, pero nada. Se hizo humo. Qué hago, ni siquiera tengo plata para regresar. Un auto se detiene frente a mí. Es un hombre. “¿Cuánto?”, me pregunta. No entiendo. “ Veinte lucas, no ve que es su primera vez...”, contesta una reconocible voz de mujer.
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