Clávame las agujas de tu corona,
encierra mis espasmos de agonía
en los pliegues de mi esperanza muerta,
al notar a la mirada tan ausente,
del remanso de fe en el nuevo día.
El sol de la duda ya no asoma,
recorre el abismo más profundo
de la indiferencia por crecer,
buscando el en no poder tener
al destino brutal y moribundo.
El dolor, en mi mente ya enferma,
siente el martillo golpeando los clavos,
desgarrando pies y manos,
tan triste son los míos como hermanos
doblando mi espalda cual esclavo.
Me duele soñar en vano,
con tantas ilusiones en el mañana,
luchar tanto para ser extraño
en el mundo nuestro infrahumano,
sin pan, pisoteado, sin nada…
Comments