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PRÓLOGO ANTIOQUÍA EN LA VENTANA DE CRISTINA WORMULL POR MARIELA RÍOS RUIZ TAGLE

“El cuento, como en el boxeo, gana por knock out y la novela por puntos”

Julio Cortázar



Una de las características del cuento, como afirma Cortázar en esta famosa cita, es que nos impacte, sorprenda, emocione, que el lector sienta que de alguna forma es parte de esa historia, que el nudo, el conflicto y el desenlace, en forma compacta y breve nos identifique con un final inesperado, redondo y circular.

La escritora Cristina Wormull Chiorrini en este libro, que contiene diecinueve notables relatos, en su gran mayoría microrrelatos, logra plenamente cumplir con esa definición, en textos muy bien estructurados, que atrapan al lector y describen en sus historias aspectos de la psicología y comportamiento de las y los protagonistas.

Si bien la temática es diversa, enfocada en temas como el amor, el desamor, la muerte, la complejidad del paso del tiempo, la libertad, la rebeldía y la pasión, es la mujer la protagonista destacada en la mayoría de las narraciones.

El rol de ésta, a lo largo de la historia, ha sido complejo; su aparente sumisión a un patriarcado establecido por siglos es retratada de manera notable en algunos relatos, destacamos la desesperada rebeldía de Aurora, protagonista del cuento “El regalo de Aurora”:

“A José le gustaba guardar las apariencias y ella sabía que su regalo no había sido hecho pensando en lo que a ella realmente le gustaba, sino para pavonearse ante sus amigos. Supo así que una vez más la culparía por su torpeza, enrostrándole el hecho que siempre andaba en otra parte, soñando en quizás que cosas, pero lejos de la realidad”.

Sin embargo, la autora también se adentra en la psicología de lo masculino y lo hace de forma magistral en el cuento “En la Calle”, sintetizando de una forma muy emotiva, la época de la Dictadura militar, con las enormes injusticias acaecidas en esa larga noche del tiempo.

Imposible no destacar que este relato describe fielmente el impacto brutal que tuvo en toda una generación la Dictadura militar y sus nefastas consecuencias para las relaciones interpersonales, los ideales, y la brecha cruel que estableció el régimen opresivo entre la vida y la muerte.

“Silvestre se había ido involucrando de a poco en la ideología marxista y creía que era su obligación participar activamente en un cambio de paradigmas para lograr un mundo más justo. Hijo de una familia de clase media alta, con ambos padres profesionales, nada le faltaba en el ámbito económico, pero tan solo de mirar su entorno y ver las poblaciones que circundaban la capital de Santiago, la pobreza de los pobladores, los niños desnudos en invierno y verano, a pata pelada, la falta de comodidades -en esos años era muy extraño que en una modesta casa de población existiera cocina o refrigerador-, la desnutrición crónica de las madres y sus hijos, su corazón se rebelaba ante la injusticia”.

El propósito de este prólogo no es revelar el misterio de la obra y su extensión, negando así el derecho a disfrutar per se, de estos maravillosos relatos al lector, sino enfatizar lo relevante, que admirada, pude develar.

Por lo mismo, es importante mencionar el cuento que da título al libro y se refiere a la pandemia que ha vivido la humanidad desde el año pasado. Un tema de actualidad cuya importancia es necesaria destacar ya que el distanciamiento social experimentado ha sido en extremo inhumano y la importancia de comunicarse a través de un abrazo con el otro, es descrito perfectamente por la autora en este texto del cual citamos el siguiente párrafo:

“A veces Antioquía cae en la tentación de abrazarse y juega frente al espejo pensando que es otro el que la estrecha, que ese calor que siente deslizarse por su cuerpo es la comunión con él y evita mirar de frente al cristal para no perder la ilusión del abrazo”.

Así mismo, Cristina Wormull Chiorrini, aborda el tema del “sentimiento de culpa” producto de la educación católica imperante, que es parte del inconsciente colectivo de gran parte de nuestra sociedad, implícito en el cuento “Tarde en la quinta”:

“…mientras ella pensaba en Eva, en la serpiente del paraíso y dios que venían a castigarla en esta bella mañana de primavera”.

En aquellos relatos de la autora dónde la protagonista es una mujer, el hombre adquiere una invisibilidad interesante de analizar, aunque pareciese ser el leit motiv de la historia, existe una dialéctica que me recuerda mucho al pensamiento de María Luisa Bombal:

«¿Por qué, por qué la naturaleza de la mujer ha de ser tal que tenga que ser siempre un hombre el eje de su vida? Los hombres, ellos, logran poner su pasión en otras cosas. Pero el destino de las mujeres es remover una pena de amor en una casa ordenada, ante una tapicería inconclusa». (María Luisa Bombal en “La Amortajada).

Al terminar de leer esta magnífica obra, podemos afirmar que la autora es una gran cuentista, cuyos cuentos ganan por knock out, siendo circulares, utilizando las palabras precisas, sin excesos, metáforas adecuadas al contexto, finales redondos e imprevistos, requisitos necesarios en este género literario denominado cuento corto, cuento breve, microrrelato o microcuento. Cumplen con creces esa expectativa, deleitando con un lenguaje pulcro, una sensibilidad exquisita, imágenes que se pueden oler, palpar, casi tangibles, escenarios de realismo mágico, no exentos de narrativa poética en esencia.

Así mismo, es importante destacar la intensidad de los textos de la autora, su humanidad, ritmo, musicalidad y belleza como denominador común en sus relatos, lo cual define un estilo particular, propio y diferente a muchos escritores.

Los invito a disfrutar de esta lectura, imprescindible, ya que estamos frente a una escritura notable, en estética, forma y estructura, en síntesis, frente a una gran narradora: Cristina Wormull Chiorrini.




Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle

28 de agosto del año 2021

Santiago de Chile




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