Jaime Magnan Alabarce
- entre parentesis
- 29 jun
- 2 Min. de lectura
Jaime Magnan Alabarce (Santiago de Chile, 1967): Narrador y poeta. Desde 1998 reside en Lebu, su patria chica. Entre 2010 y 2019 fue coordinador del Concurso Literario Gonzalo Rojas. Es editor del Fanzine Chonchón del Taller Literario Esquinas de un Círculo. Varios de sus poemas han sido publicados en antologías editadas en Argentina, España, México, España, Honduras, Estados Unidos y Uruguay. Libros publicados: “Oficio de geógrafo” (2016), “Años de piedra” (2017), “Geografía de la lluvia” (2018), “El tiempo en los árboles” (2019) y “Otra cruz en el calendario” (2023).

Miseria
La miseria de los días
Escribe su propio silabario
Esperando a nuevos analfabetos
Impunidad
Los guardianes de la oscuridad
visten de fantoches a los amantes de luna;
y cual celebración de víspera de nuevo año
torturan, descuartizan y queman a sus víctimas
para lanzar sus restos a una zanja del camino
en la creencia que en el afelio nadie los encontrará.
La vida es un rompecabezas
Por cada día que pasa
ensamblo una pieza
en este rompecabezas de mil.
Si las matemáticas no me fallan
tardaré dos años y nueve meses
en terminar el cometido.
A la distancia,
en este paisaje incompleto
ya veo la luz que colorea las montañas de azul
y ríos de agua viva
donde beben los rebaños del buen pastor.
¿Habrá cabida para uno más en su grey?
Reflejo de la nada
El espejo devuelve la imagen…
El idéntico molde de los días pasados.
La soberbia de la eternidad,
la fugaz alegoría de un anónimo rostro
alimenta su propio recuerdo.
La inútil percepción que nada cambia
satura el lenguaje del silencio
requisito para transmutar por la vida
según el dictado de la costumbre
¿Qué imagen reflejará
la superficie de cristal,
cuándo su dueño ya no esté?
Faros
Un faro derruido,
columna de humo,
atestigua soplos de vida ajena.
Barcos distantes rotan sobre portulanos…
fatuo intento para el descubridor.
Botellas sin mensajes
han varado en solitarias noches sin estrellas:
son gruesas lágrimas abandonadas,
evaporándose al calor de una gran pira:
el fuego alimentado por millones de mensajes.
Surrealismo
Un reloj derritiéndose al sol,
pese a la inexistencia de calor,
ante la total ausencia de Dalí…
Mientras,
mi mente tercermundista
Solo distingue
un viejo reloj abandonado
sobre un contenedor de basura,
en una solitaria calle de Barcelona.
Camino a casa
Las calles de esta ciudad,
a hora temprana,
en crepúsculo invernal,
encienden las constelaciones:
Tan bien, tan solícita,
siempre en forma recta,
paralelas y perpendiculares,
iluminando las esquinas
desoladas;
en franca competencia
con las luces del cielo.
Pese a la señalética (a prueba de tontos),
de este cruel trazado de damero,
tan perfecto, tan ordenado,
muchas veces me pierdo;
y no sé distinguir
cuál es el verdadero
camino de regreso a casa.
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