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LIDIA MANSILLA VALENZUELA

  • Foto del escritor: entre parentesis
    entre parentesis
  • hace 1 día
  • 5 Min. de lectura

De mi libro:


VOCES EN EL VERDE CAMINO


ARNULFO EL SAPO


Quiero respirar decía el sapo Arnulfo a las orillas de un humedal, una garza lo mirada, escuchándolo regañar, se acercó con cautela y le preguntó:

-Sapo Arnulfo. ¿Qué dices? ¿Por qué estas tan enojado?

-Hola amiga Garza, ¿cómo estas, ¿Cómo fue que dijiste que te llamabas?

-Rosita

-Mira Rosita cada vez que vengo a este humedal de visita, porque aquí vive una de mis hijas lo encuentro más chico, a su alrededor hay aumento de escombros

-Yo llegué ayer y me pasó lo mismo, pero pensé, que era producto de la última vez que anduve por estos lados, choqué con el tendido de electricidad y el golpe me dejó un poco ciega, pero entonces es verdad.

-Si, no sé a quién decirle, no es bueno que esto acontezca, a la tierra no le hace bien, debo de pensar a quien, para hacerlo aliado.

-Sapo Arnulfo, qué, si lo decimos a los niños en las escuelas, vamos a las plazas, hagamos una protesta, tienen que escuchar a los seres que vivimos en el humedal.

-Tienes razón busquemos a los niños, ellos entenderán que deben cuidar el humedal. Sonrieron contentos ya sabían a quién compartir sus ideas sobre la protección del humedal.



DON PASCUAL EEL CISNE DE CUELLO NEGRO


¿En qué situación estará don Pascual el cisne de cuello negro hoy día? ¿Seguirá vivo? ¿Continuará persignándose por todo, recuerdo sus alas envejecidas de tanta lucha para que no le quiten su nuevo hábitat, seguirá practicando para poder cantarles a sus hijos las epopeyas vividas desde siglos de existencia, llorando para adentro lo vivido?


Cada vez que escucha la versión del río Cruces las preguntas vuelven a insinuarse, pero lo hacen en plural, agregando a las interrogantes, porque el hombre decidió despojarlos si desde su infancia fue a jugar con ellos, aprendió de su elegancia y vio desde las aguas y sus orillas, ir desapareciendo de a poco tal como ellos, las costumbres de culturas indígenas por las imposiciones de la cultura occidental. Recuerdo cuando me decía:


“Mucho se ha hablado de la “globalización”, pero la palabreja no es más que una metáfora para explicar una visión unipolar del mundo, versión que en su forma más cruenta vuelve a reeditarse en nuestro tiempo con la nueva y antigua cruzada…. dinero. ¿Qué te parece? 


Preguntaba sin esperar respuesta seguía argumentando. Lo cierto es que no hay nada más opuesto a la diversidad cultural que este proceso el que de nuestra periferia no puede más que padecerse como la imposición de un” deber ser” simplificador, “deber ser” que niega la pluralidad que nos hace humanos en nombre de abstracciones tan absurdas como progreso o evolución”.


Y frente a esos mandatos el Cisne don Pascual con su plumaje blanco y la elegancia de su cuello, desafiando un poder incomprensible que le exigía amoldarse o perecer. Emigrando para ahuyentar la muerte, la muerte que para muchos tiene y sigue teniendo la cara de un empresario.


También, es importante decirlo, añadía sin dar tregua a mis comentarios que sonaban al lado de la laguna como un eco inconcluso… la desaparición de las religiones indígenas, su culto ahora ha sobrevivido disfrazados; aunque la Mapu Ñuke, haya seguido dándoles maíz a sus hijos, cuidando sus animales, para que ellos, los de la raza sin tiempo, pudieran sobrevivir junto a sus dioses.


A veces pienso que la diversidad cultural es un sueño perdido. El turismo parece haber transformado la ritualidad de las culturas en pantomima. El marketing ha logrado imponer una fórmula de “éxito” que garantiza a faranduleros y políticos sus diez minutos de fama.

¿Qué me indicaría don Pascual, el cisne, después de esta catástrofe de la naturaleza, pienso como se expresaría, de seguro comentaría; es más fuerte el cataclismo que utiliza el hombre para devastarse a sí mismo?


Pobre amigo Pascual, después de encontrar reposo, y ser miles, de llenar los lagos y ríos de la patria ennobleciendo el paisaje, provocando su originalidad envidia a los narcisos y narcisas, ¿qué pasará con este amigo mío?, no lo veo desde la primavera pasada, se habrá quedado en otras tierras, o ido a los estratos superiores a juntarse con la gaviota Juan Salvador, a programar nuevos amaneceres y de seguro se cuestionará…. volver o no a la depredación.

¿Qué estará haciendo este amigo mío?



CAMPANITA


Motitas de algodón salpican la alfombra verde y un puñado de hojas ovaladas donde su hunden los pies por la rejilla entrecerrada de la primavera entra un aroma dulce por la sabana salada del mar en penumbra que se escucha cercano en el humedal.


Un rayo de sol matinal juega por la misma casa abierta sale a la calle, donde las garzas y los cisnes juegan tranquilos una banda ancha y blanca de gaviotas que parecen una legión de bailadores, miran atentamente.

 

Percibo que cada uno de los puntitos blancos, giran de una manera vertiginosa sobre sí mismo. Si yo supiera física, ¡cuántas observaciones podría hacer ahora!


 Pero no sé nada más que imaginar y soñar. miro con envidia a esas flores rosadas hermanas de las motitas de algodón que se va a correr el mundo, llevándose quizás el secreto de todas mis intimidades.


 ¡Oh chispitas de polen que partes a conocer el mundo!


RENACER


Desde la calle avenida Arturo Prat (la calleancha) se divisa el tiempo de pájaros en el Barrio Pescador donde juegan, saltando las gaviotas es el principio del reencuentro con la estabilidad del ecosistema.

Principio nuevo para que los hijos de Arauco

Es el renacer de un medio ambiente perdido en el ajetreo de la civilización, de la hecatombe, del desamor

Una rara plaga se había extendido sobre el lugar y todo empezó a cambiar. ...

Hubo una quietud extraña. ...

Los pocos pájaros que se veían moribundos; temblaban violentamente y no podían volar.

Fue una época carente de voces.  y aquellas que una vez palpitaron

en el matutino coro de multitudes de pájaros, no había sonido alguno; solamente el silencio cubría los terrenos, los bosques y los playas

Ahora es nuevamente tiempo de pájaros para soñar y ver crecer el pasto para renacer en el génesis de la tierra


UNA FILA ORGANIZADA.


En aguas abiertas los patitos del humedal siguen en fila organizada a sus madres, los cormoranes se preguntan en alegre algarabía ¿porque nadan en esa formación?

La madre al nadar rompe la tensión superficial del agua, y crea olas para sus hijos que nadan detrás de ella. Explica el cisne mayor

Cuando un patito nada detrás de su madre, esta rompe las olas y su interferencia destructiva, empuja al patito hacia delante.

Ah dice el cisne que dormía sobre su plumaje con el cuello sobre sus alas, como si hubiese estado en la conversación desde el principio, es el beneficio del arrastre por las olas manteniendo a los patitos formando una sola fila facilitando la natación de los patitos y reduce el gasto de energía en la natación.


 
 
 

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