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JOSE ANTONIO RUIZ PRETEL ESPAÑA

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  • hace 2 días
  • 5 Min. de lectura

SOY CURRITO JONES


¡Hola, amigos y amigas! Soy yo, Currito Jones, el camaleón más aventurero y arqueólogo que jamás haya paseado sus patas por Arenas, Málaga. ¿Queréis conocer mi historia? ¡Agarrad vuestras gorras y mochilas, que allá vamos!

Nací en Cómpeta, pero apenas tuve tiempo de disfrutar de sus encantos. Antes de que pudiera decir "¡cambio de color!" ya estaba en Arenas, un pueblito precioso donde los camaleones como yo somos toda una celebridad. Desde pequeño, me di cuenta de que no era un camaleón cualquiera. Mientras mis compis se quedaban cómodos al sol, yo soñaba con explorar, descubrir tesoros y vivir aventuras. Inspirado por las películas de Indiana Jones, me agencié un sombrero como el suyo y me colgué una mochila que, sinceramente, me queda de lujo.


En el pueblo, mis vecinos se preocupaban mucho por mi seguridad. "¡Un camaleón tan especial debe estar protegido!", decían. Así que colocaron las primeras señales de tráfico de España súper chulas para proteger a mis colegas camaleones y a mí de los atropellos en la carretera. ¡Pero, ay! Las señales eran tan originales que empezaron a desaparecer. ¡Qué misterio! Una vez escuché un rumor de que una señal acabó decorando un pub en Madrid. ¡Si algún día la encuentro, la rescataré como buen arqueólogo!

Mi fama creció gracias al gran Paco Blas, quien defendió la última señal como un auténtico héroe, hoy todavía se puede ver a la entrada de su finca desde la carretera. Desde entonces, me conocen en toda la comarca y hasta fui la mascota del l encuentro de arqueología psíquica y paranormal realizado en el castillo Bentomiz. liderado por el mismísimo antropólogo Eduardo Arboleda Ballén. Fue emocionante, os lo juro. Firmé autógrafos (bueno, algo así como huellitas en papeles) y me gané el título de "estrella camaleónica".

Hoy sigo explorando, conociendo gente y dejando que mi historia inspire a pequeños y grandes. Mi legado vive en cuentos, animaciones y, sobre todo, en el corazón de los que creen que un espíritu aventurero puede ayudar a tener un mundo mejor.


FIESTA DE RECREACION HISTORICA.


La comunidad de camaleones de Arenas a través de su embajador Currito Jones nos cuenta la celebración de los 213 años de la victoria de los Arenuscos contra los franceses.

"Pinchitos morunos y estrategia: El ingenio de los Arenuscos"

Hoy os traigo el emocionante resumen de una jornada épica. El pasado domingo, en nuestra querida comunidad camaleónica de Arenas, celebramos el 213 aniversario de la victoria de los valientes Arenuscos sobre los franceses. ¡Qué día más ingenioso para recordar nuestra historia!

Desde el amanecer, el ambiente estaba cargado de orgullo. La festividad comenzó con desfiles militares que recrearon la batalla liderada por el famoso José Antonio Muñoz Sánchez, conocido como “El Cura de Riogordo”. Pero lo que realmente marcó la memoria de todos los asistentes fue la leyenda detrás de los pinchitos morunos, ese plato emblemático de nuestra tradición.

Cuentan que el 5 de marzo de 1812, una escuadra de soldados franceses subía desde Vélez-Málaga con la intención de conquistar Arenas. Los vecinos, ya alertados, idearon un astuto plan. A mitad del camino, un cabrero, aparentemente inocente, preparó pinchitos morunos de carne de chivo a la brasa y, con toda amabilidad, invitó a los soldados franceses a probarlos. Lo que ellos no sabían era que la carne estaba ensartada en palos de adelfas, una planta con un veneno poderoso. ¡Y vaya sorpresa! Apenas unos minutos después, los franceses se vieron en la necesidad de hacer una retirada… muy peculiar y nada gloriosa. Entre carreras y pantalones bajados, fueron fácilmente capturados por los valientes de Arenas. ¡Una victoria no tan gloriosa, pero sí de lo más ingeniosa!

Durante la celebración, al ritmo de los grupos de verdiales, el flamenco y la emotiva banda de música Bentomiz, los asistentes degustaron los pinchitos morunos, que ahora sirven como un recordatorio gastronómico de aquella astucia sin igual. Cada bocado parecía transportar a los presentes al pasado y a la creatividad de los Arenuscos.

La jornada culminó bajo un cielo estrellado, con historias compartidas y risas por doquier. Porque si algo nos enseñaron los héroes de Arenas, es que la inteligencia y el ingenio también son armas poderosas.


TRES


Currito Jones y el secreto de las pasas de la Axarquia.

En lo más profundo de la comarca , donde las montañas se funden con el mar y el sol acaricia cada racimo de uva, vivía un peculiar camaleón llamado Currito Jones. Con su sombrero ancho, mochila de explorador y botas de cuero curtido, Currito no era un camaleón cualquiera: era aventurero, arqueólogo.

Desde pequeño, Currito había descubierto accidentalmente el increíble poder de las pasas de la Axarquía. Al caer en un pasero lleno de uvas moscatel, se dio cuenta de que, al probar una sola pasa, su cuerpo adquiría una fuerza extraordinaria, su agilidad se multiplicaba y sus sentidos se agudizaban, haciéndolo imparable en sus aventuras.

Con su inseparable bolsa de pasas, Currito recorría los balates de piedra seca de este territorio reconocido por la FAO como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial. Las pasas moscatel, dulces como la miel y potentes como el trueno, eran el secreto mejor guardado de esta región andaluza.

Un día, mientras exploraba unos túneles cerca del castillo Bentomiz, Currito descubrió un mapa tallado en piedra que hablaba de la Viña Eterna, el origen de las pasas más poderosas del mundo. Pero el camino para llegar allí estaba lleno de pruebas épicas. Había que cruzar el Barranco del infierno, hablar al Olivo Sabio en un duelo de ingenio y superar los acertijos del lagar de los vinos Dulces.

Con cada pasa, Currito desbloqueaba un nuevo poder para enfrentar los retos. En el barranco, una pasa le dio la fuerza para soportar el calor extremo y poder cruzarlo. Frente al Olivo Sabio, otra pasa le permitió conversar en "idioma vegetal" y convencerlo de que le permitiera avanzar. Y ante el lagar, la prueba era distinta: este le lanzó una pregunta que no podía fallar en la solución.

"Camaleón viajero, si quieres pasar, dime: ¿Qué hace mágicas a las pasas de la Axarquía?"

Currito, con su sabiduría adquirida tras años de recorrer la comarca, respondió con firmeza:

"Es su capacidad para guardar el alma del terruño: la memoria del sol, la tierra y el esfuerzo humano. Al comerlas, uno no solo obtiene salud y energía, sino que conecta con el trabajo y la pasión de generaciones enteras."

El lagar, satisfecho con la respuesta, le dejo continuar, quien finalmente llegó a la Viña Eterna, una colina dorada rodeada de almendros en flor. Allí entendió que las pasas moscatel no solo eran un superalimento: eran el alma misma Málaga.

Desde aquel día, Currito se convirtió en embajador mundial de las pasas moscatel de la Axarquía, compartiendo su magia y enseñando que cada pequeña uva pasa lleva dentro un pedacito de sol andaluz y el espíritu de una tierra llena de historia y vida.



 
 
 

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