EN LA RIVERA DE TALCAHUANO
Un barco descansa junto a la rivera
del mar de Talcahuano
las gaviotas revolean al sol,
donde un día se mojaba,
los pies la Olivia desmayada,
en los brazos del Popeye que parecían alas.
Parece abatido por los ecos
perdido en la distancia de los sueños
le da el dorso al mar
y con la vejez se bate a duelo,
como un dibujo salido de historietas
la Olivia y Popeye se besaban a su alero.
Sus máquinas fueron el maestro donde
el viejo marino aprendiera
el valor del trabajo y el apoyo solidario
en peligro y la tragedia.
Olivia recuerda las tardes
en que anclado el RAM Poderoso esperaba,
ella retozaba en el regazo
de su siempre amado,
hoy que lo ve tan solitario y cabizbajo
recuerda el comienzo de su romance
al murmullo del mar y el olor de las maquinas
ve como el tiempo ha pasado
dejando huellas en sus resquebrajadas maderas.
Estrella de marineros,
en oleajes incontrolables.
el aguacero y las trombas
terminaron por mellar sus fuerzas,
como su viejo marinero es cierto
que ya no la besa como en esas lejanas tardes
Olivia halaga los escalones del viejo barco
sus caricias huelen a menta y manzanilla
quisiera curarlo, darle nuevos bríos
para que los niños sepan de su osadía.
A la tierra lo subiría piensa
mientras besa los brazos de Popeye
lo convertiría en biblioteca
un museo al trabajo marítimo
puede que lo convierta en un barco pirata
donde sus nietos escuchen las hazañas de Popeye,
quizás le llevaré río arriba, lo anclaré
junto al Lanalhue, y vendrá la Pincoya
el Trauco, el Colocolo, los seres míticos
y haremos un nguillatún
para colmar sus deseos de navegar
Popeye abrazando a Olivia murmura
….. amor, ojala que la vida no nos olvide
y que a este barco tan querido
el Puerto le dé alas
(marzo 2008)
EL CASADO INFIEL
Y que me lo llevé al motel
Creyendo que era soltero
Pero tenía mujer.
Fue la noche del año nuevo mapuche
Y casi por compromiso.
Se congelaron los relojes
Y pasaron las micros
En las últimas esquinas
Toqué sus nalgas flacas
Que se me mostraron de pronto
Como dos duraznos secos.
El ruido al sacarse los calzoncillos
Me sonaba en el oído
Como una melodía inconclusa
Rasgada por el frío.
Sin luz en el alumbrado público
Los árboles goteando desamparo
Y un horizonte oscuro
Ladraba muy lejos sin desafío
Pasada la plaza de armas
Las araucarias y los tilos
Bajo su falta de pelo mirando su cabeza
Hice un hoyo al destino.
Yo me quité la casaca
Él se corrió el cierre
Yo me desabroché el sostén
Él los botones de la camisa
Ni ositos peluches, ni barbas de hualles
Tienen el pecho tan peludo
Ni la cobija de lana
Abrigaba con más placer.
Sus piernas se me pegaban
Como papas recién sancochadas
La mitad llena de pelos
La mitad llena de sarpullidos
Aquella noche corrí
El más ridículo de los desafíos
Montada en caballo domado
Sin ropas y sin cariño
No quiero decir, por mujer
Las cosas que me di cuenta
La comprensión del momento
Me hace ser muy comedida
Sucio de besos y sudor
Yo me lo llevé del motel
Con el frío corrían
Los transeúntes a las micros.
Yo me porté como quien soy
Como una mestiza legítima
Le regalé un llavero rojo
De mi equipo de fútbol preferido.
Y no quise quererlo
Porque teniendo mujer
Me dijo que era soltero
Cuando lo llevaba al motel.
Paráfrasis de La Casada Infiel
de Federico García Lorca.
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